ECONOMíA › NICOLAS EYZAGUIRRE, DEL DEPARTAMENTO PARA EL HEMISFERIO OCCIDENTAL

El crecimiento argentino incomoda al Fondo

 Por Fernando Krakowiak

Desde Washington

“Antes con un resfrío nos agarrábamos una pulmonía. Esta vez la pulmonía está en los países avanzados y nosotros podemos tener un resfrío.” Con esa frase, el director del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre, relativizó el impacto que está provocando la crisis internacional en América latina. El economista chileno lo justificó al remarcar que el precio de las materias primas sigue alto y las condiciones de financiamiento son abundantes. Sin embargo, continuó con la metáfora de la enfermedad y dijo que si los países de la región no se ocupan del resfrío, entonces sí les puede agarrar una pulmonía. Esa fue la justificación que encontró para pedir que se combata el “recalentamiento” y se avance con una mayor consolidación fiscal, el eufemismo que utiliza en el Fondo para referirse al ajuste.

–Desde que Argentina no tiene un acuerdo de financiamiento vigente con el FMI, viene registrando uno de los períodos de crecimiento más importantes de su historia. ¿Es casualidad o como dice el Gobierno es justamente porque no sigue las recomendaciones de ustedes? –le preguntó Página/12.

–Siempre se plantea la diferencia entre casualidad y causalidad. Existen otras razones que explican la situación. La carga de la deuda pública es menor, el tipo de cambio es competitivo y Brasil amplió la demanda de manera significativa. Analizaría esa explicación como la causa más probable y no la relación con el Fondo, que ofrece una asesoría confiable.

El crecimiento de la economía argentina suele incomodar al FMI porque es un ejemplo concreto de que los países se pueden recuperar aplicando políticas diferentes de las que ellos pregonan. Por eso el funcionario prefirió resaltar la explicación del viento de cola, que ubica las principales causas del despegue afuera y los deja indemnes. Lo que se desprende de ese planteo es que las mejoras también habrían ocurrido en caso de que Argentina hubiese aceptado las condiciones que fija el organismo para desembolsar créditos. Es una explicación contrafáctica imposible de demostrar, pero basta recordar lo que proponían hace pocos años para ponerla en duda.

El mejor ejemplo es la revisión anual de la economía que llevaron adelante a mediados de 2005, tal como lo prevé el artículo IV del estatuto del FMI. Si bien en ese momento el gobierno de Néstor Kirchner todavía no había cancelado la totalidad de su deuda, venía pagando los vencimientos de capital e intereses para no verse forzado a aplicar las políticas reclamadas por el organismo. Pese a ello, el Fondo publicó un informe con las conclusiones de la auditoría, donde cuestionó con dureza la política económica y detalló una serie de mandamientos entre los que se destacaban los pedidos para elevar el superávit al 4,5 por ciento del PIB, revaluar el peso, recortar subsidios, acordar con las privatizadas y eliminar “impuestos distorsivos”, como definen a las retenciones a las exportaciones. El paper terminaba advirtiendo que si no se cumplía con esas medidas el crecimiento comenzaría a reducirse y la Argentina podría caer en default. El gobierno de Kirchner no aceptó las recomendaciones y obviamente las profecías no se cumplieron.

Eyzaguirre volvió ayer a insistir con la necesidad de que los países le brinden al organismo estadísticas fiables y acepten la revisión del artículo IV, que en el caso argentino no se realiza desde 2006. “Para hacer una supervisión tenemos que saber qué pasa, porque si no vemos la realidad no vamos a poder anticipar los problemas”, sostuvo, olvidando, tal vez, que las veces que tuvieron la información no les fue mejor.

Compartir: 

Twitter

Nicolás Eyzaguirre, del FMI.
SUBNOTAS
  • El crecimiento argentino incomoda al Fondo
    Por Fernando Krakowiak
 
ECONOMíA
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.