El vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera, firmó ayer el decreto de nacionalización de la mina de estaño y zinc Colquiri, explotada por la firma Sinchi Wayra, filial de la suiza Glencore. “Sinchi Wayra no va más, se va, en Colquiri ya no va a estar”, enfatizó Linera, que reemplaza al frente del Ejecutivo a Evo Morales, de viaje en Brasil para participar de la Conferencia de la ONU Río+20. El texto del decreto establece que “el Estado asume el control del centro minero Colquiri, así como la dirección y administración directa sobre los yacimientos”. Linera anticipó que la Corporación Minera de Bolivia ocuparía ayer mismo las instalaciones.

La medida dispuesta ayer profundiza una política aplicada desde la llegada de Evo Morales al gobierno, en 2006, fecha desde la cual expropió cerca de veinte compañías de minería, hidrocarburos, electricidad, telecomunicaciones y cemento. Colquiri, a 250 kilómetros de La Paz, tiene cerca de 400 obreros y es la tercera firma bajo control de Glencore nacionalizada en Bolivia. Las dos anteriores eran del rubro fundición de metales.

El gobierno administrará en forma directa algunos yacimientos de Glencore y otorgará otros al movimiento cooperativista, que se oponía inicialmente a la medida. Linera aseguró que la minería produce anualmente 3700 millones de dólares, frente a 600 millones de 2005, “cuando todo estaba en manos de extranjeros”.