“Sin una gran base industrial, nos sobra la mitad de la población. Pero la industria actual no genera con sus exportaciones las divisas que necesita para su propio funcionamiento. Esa es la causa fundamental de la insuficiencia de dólares que existe”, definió ayer el economista Aldo Ferrer al cierre de las jornadas organizadas por ProTejer. Pidió concentrar las energías no sólo en la agenda de corto plazo, sino en generar un salto de calidad en la industria, y sugirió cambios para el sector automotor, electrónico, químico y bienes de capital. Por su parte, empresarios textiles defendieron la administración de comercio y anticiparon que las exportaciones del sector van a caer este año. Rechazaron la idea de que la economía argentina esté “cerrada” a las importaciones, incluso se quejaron del efecto nocivo de la entrada de productos del exterior.

Para Ferrer, el escenario internacional es malo, pero no explosivo. “Hay problemas en Estados Unidos y Europa, y desaceleración en varios emergentes, pero no es previsible una fractura en el sistema internacional”. Marcó como uno de los logros del Gobierno que “ya nadie nos viene a decir qué tenemos que hacer. Lo que hacemos bien o mal es nuestra responsabilidad. En este mundo sólo les va bien a los países que comandan su propia realidad y nosotros hemos recuperado soberanía”.

En las jornadas de ayer, los empresarios se abocaron a las discusiones del corto plazo. Jorge Sorabilla, director de TN Platex, advirtió que “sin restricciones para importar, no hay industria textil”. El director ejecutivo de ProTejer, Ariel Shale, advirtió que este año cerrará con una “caída de las exportaciones textiles, aunque con un nivel record de inversión”.

Aldo Ferrer se concentró sobre los desafíos de mediano y largo plazo. “El principal es cerrar el déficit en el comercio de manufacturas, que llega a 30 mil millones de dólares anuales, el doble del que existía años atrás”, indicó el prestigioso economista. En relación con la estrategia a adoptar, planteó que “no tenemos que sustituir las importaciones del pasado, sino las del futuro. Necesitamos una gran firma automotriz argentino-brasileña capaz de hacer motores y actuar en la frontera tecnológica. Si producimos reactores nucleares, ¿cómo no vamos a poder tener una automotriz?”. También mencionó la necesidad de cambiar la estrategia en el sector electrónico, bienes de capital y sector químico. “Debemos integrar la economía a través de la especialización”, manifestó.

Ferrer admitió que “hay un problema en el manejo de la coyuntura. Pero el problema no es devaluar o no devaluar, sino aplicar un programa integral. No se trata sólo de sobrevivir a la restricción externa, hay que ser más creativos”. Además, advirtió que “no hay modelos de desarrollo exitosos que hayan delegado el liderazgo del sector empresarial en las filiales de las empresas internacionales, porque el protagonismo de las firmas de capital nacional es insustituible. El lugar de las transnacionales es abrir mercados en el exterior y traer tecnología”.

La mejora en la ecuación comercial industrial permitiría que la economía nacional deje de financiarse únicamente con el superávit del sector primario, y con ello dejar de depender del clima y los precios internacionales. Ferrer excluye, de entrada, la opción del endeudamiento, la apertura comercial y de la cuenta capital: “Eso terminó de la única manera que podía terminar, que fue con la catástrofe de 2001”.