ECONOMíA › FABIáN AMICO, ECONOMISTA DE CEFID-AR

“Cambiar la política”

 Por Federico Kucher.

–¿Abrir la compra de dólares para ahorro puede colaborar para disminuir tensiones en el mercado cambiario?

–Sin un cambio drástico en la política económica, la presión cambiaria no se va a detener y puede acentuarse. El hecho de que una parte de la demanda sobre el blue ahora se transfiera al oficial no cambia el problema de fondo. Incluso aunque hubiera un hipotético alivio temporal por una mayor liquidación de dólares de los exportadores. Este cambio sólo va a aumentar la cotización del dólar oficial y el ritmo de devaluación. No va a cortar la corrida, sino que puede estimularla.

–¿Cómo se debería afrontar entonces la dificultad cambiaria?

–El punto es que no existe un tipo de cambio “de equilibrio” que equilibre la cuenta corriente o detenga la fuga. Ni es un problema de apreciación cambiaria real, ya que la mayor parte de los países de la región está tan o más apreciados que Argentina y no tiene ninguna crisis cambiaria. La cuestión es que el BCRA logre estabilizar el tipo de cambio nominal. Para ello hay que reducir el ritmo de devaluación vendiendo reservas y subiendo las tasas de interés (puede hacerse mediante tasas de interés “diferenciales”, como con el tipo de cambio). Obviamente, el engrosamiento de las reservas con nuevos fondos daría viabilidad al intento (quizá pueda pensarse en un acuerdo de divisas con Brasil, que debe seguir con interés la situación argentina). Marcelo Diamand denominó a esta estrategia “un manejo racional de los capitales financieros” y sostenía en 1985 que “con el fin de proveer incentivos para que el capital permanezca en el país es necesario mantener instrumentos captadores de ahorro interno a largo plazo, indexados, y con tasas de interés tales que el rendimiento total no sea inferior al vigente en el exterior”.

–¿La devaluación de los últimos días puede llegar a impactar en los precios?

–La devaluación, como ocurrió siempre, tiene impactos inflacionarios por su efecto sobre los bienes transables. Y es de suponer que el pase de costos a precios no será bajo. Dado el nivel de puja distributiva, va a implicar una aceleración de la inflación o una caída del salario real medio, o incluso una combinación de ambos.

–¿Qué ocurre con el nivel de actividad en este escenario?

–Se pueden usar políticas expansivas para compensar los efectos contractivos de la devaluación, pero es un sinsentido puesto que el sacrificio implícito de salario real es inefectivo en términos de mejora de la competitividad y/o de alivio de la presión cambiaria. Además, si no cede la presión cambiaria no habrá espacio para ninguna expansión de la demanda.

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