ECONOMíA › DISTINTAS ORGANIZACIONES AMENAZARON CON PROVOCAR DISTURBIOS EN EL G-20

“Por un noviembre con piedras y flores”

El gobierno australiano está preocupado por posibles atentados de las organizaciones terroristas Estado Islámico y Al Qaida, pero también lo inquietan los grupos anarquistas que prometen “olas descentralizadas de creación y destrucción”.

 Por Fernando Krakowiak

Desde Brisbane

La organización del G-20 informó que 6000 policías custodiarán la ciudad el próximo fin de semana durante la cumbre. Las mayores medidas de seguridad se concentran en el centro de convenciones donde debatirán los presidentes y en los hoteles donde se hospedan las delegaciones. A esos lugares será prácticamente imposible acercarse sin tener credencial. Sin embargo, el temor es que pueda haber incidentes en otras áreas de Brisbane. Por ese motivo, la policía patrulla por todos lados y realiza inspecciones periódicas en las bocas de tormenta de las principales avenidas para detectar posibles explosivos. No sólo les temen a las organizaciones terroristas Estado Islámico (EI) y Al Qaida. Al menos 27 movimientos sociales adelantaron que tienen previsto protestar y algunos aseguran que lo harán de manera violenta, como los grupos anarquistas Brisbane Solidarity Network, Autonomous Action Radio y el enigmático autor de la proclama Plan B.

El pasado 12 de septiembre Australia declaró la “alerta máxima” ante la posibilidad de que se produzcan atentados en su país en respuesta a los ataques contra EI en Siria e Irak. Canberra participa de la ofensiva liderada por Estados Unidos en esos países. Por ese motivo, temen represalias y ven al G-20 con la presencia del presidente estadounidense, Barack Obama, como una oportunidad inmejorable para que eso ocurra. A su vez, el primer ministro australiano, Tony Abbott, se manifestó preocupado porque unos 60 ciudadanos de su país viajaron en los últimos meses a Siria e Irak para sumarse al ejército de ISIS. De hecho, un joven australiano de apenas 17 años que se había ido de su casa en junio apareció hace dos semanas en un video de EI filmado en Siria en el que amenaza al primer ministro. “A los líderes, a Obama, a Tony Abbott, les digo: estas armas y estos combatientes no cesarán de disparar. Llegaremos a sus tierras, arrebataremos las cabezas de cada tirano, no pararemos hasta que la bandera negra ondee en cada territorio, hasta que coloquemos la bandera negra sobre el Palacio de Buckingham, hasta que la ondeemos sobre la Casa Blanca, seguiremos combatiendo hasta vencer”, afirmó Abdullah Elmir, el joven que hasta mediados de año vivía en la localidad de Bankstown, al oeste de Sidney. Las autoridades estiman además que otros 100 australianos integran células de EI en ciudades como Canberra, Sidney y Brisbane.

Otro motivo de preocupación de cara a la cumbre del G-20 son las organizaciones anarquistas que amenazan con generar disturbios en la ciudad. El grupo Autonomous Action Radio distribuyó afiches con la leyenda “Aplastá al G-20” donde pueden verse manifestantes con máscaras y capuchas que aparecen sosteniendo bombas molotov y dando vuelta tachos de basura. “Por ataques descentralizados en la capital a mediados de noviembre”, dice el poster que copia una imagen similar usada en la cumbre del G-20 que tuvo lugar en Pittsburgh en 2009. “El capitalismo está tambaleando, asegurémonos de que caiga. Por un noviembre lleno de piedras y flores”, concluye el texto.

También prometió disturbios el grupo Brisbane Solidarity Network que recientemente subió a su página web un documento de 32 páginas que incluye varios textos con críticas al G-20. “Si tu principal objetivo en la lucha contra el G-20 es mantenerte seguro, por Dios, por favor quedate en casa y mirá la tele. No esperes que las cosas sucedan alrededor tuyo, sos una carga para nosotros”, dice en uno de los trabajos, titulado “Anarquismo y (no) violencia”.

Otra de las proclamas que cobraron notoriedad en esta ciudad es la de un grupo anónimo que desde el portal https://planbg20.word press.com llama a provocar incidentes durante la cumbre bajo el slogan “Irrumpir, resistir y obstruir”. Ellos sostienen que la policía los va a estar esperando en el centro de convenciones para reprimirlos con violencia. Por eso ofrecen un Plan B: “Estamos cansados de ver a nuestros camaradas apaleados y arrestados. Hemos aprendido de nuestros errores. En vez de reunir nuestras fuerzas y marchar hacia las trampas que ya nos han puesto, nosotros llamamos a un desorden diseminado por la ciudad. Sólo imagínense, mientras estos cerdos patrullen inútilmente las calles del centro financiero de Brisbane con sus ridículas armaduras y sus vehículos intimidantes, olas descentralizadas de creación y destrucción fluirán por el país. No hay nada más hermoso que podamos pensar”, remarcan en su portal.

“Estamos de acuerdo con que las protestas pacíficas son ideales, pero las cartas de protesta no hacen más que hacernos sentir bien sólo a nosotros mismos”, aseguran. Por eso prometen romper cajeros automáticos, vidrieras y hacer piquetes para llamar la atención sobre cuestiones medioambientales e indigenistas.

Las autoridades endurecieron las leyes a fines del año pasado y ya adelantaron que no tolerarán ningún tipo de disturbio. Amenazan con arrestar a los manifestantes. Incluso informaron que en la Corte Suprema de la Ciudad funcionará un Centro de Procesamiento de Delincuentes del G-20 y las Cortes de Magistrados de Brisbane y Reina Isabel II estarán disponibles las 24 horas exclusivamente para resolver la situación de los potenciales detenidos.

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Manifestantes marchan en Brisbane, como parte de una serie de protestas previas a la cumbre del G-20.
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