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Se alzaron tres cercos alrededor del palacio legislativo. El primero cerró todas las calles de acceso, el segundo rodeaba totalmente el Congreso y el tercero se alzaba en el recinto. Poco después del mediodía el diputado José Jacks del PRD fue golpeado con una cerca metálica cuando se topó con una de las barricadas, donde le pidieron que se identificara, a pesar de portar a la vista su credencial de legislador. Los diputados del PRI no pudieron llegar al Congreso en los micros que los transportaban, ya que no pudieron superar las vallas dispuestas a cinco calles de distancia de la Legislatura. Debieron completar los últimos 500 metros a pie.

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El jefe de gobierno electo de la Ciudad de México, Marcelo Elbard del PRD, se indignó con la militarización del Congreso. “Es un hecho sin precedentes en la historia de México la ocupación militar y policíaca de un poder autónomo. Esta es una provocación para generar violencia.” El alcalde electo hizo responsable de las posible consecuencias al presidente Fox.

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El protocolo marcaba que cada una de las bancadas debía fijar su posición, empezando por la más pequeña y terminando con la más numerosa. Pero cuando le llegó el turno al PRD de Manuel López Obrador, el senador Carlos Navarrete se negó. “No expresaré el discurso que fija posición del PRD porque no existen las condiciones para ello... Y no dejaré la tribuna hasta que se reinstalen las garantías individuales de las personas.”

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Con banderas mexicanas en sus manos, y al grito de voto por voto, casilla por casilla, diputados y senadores del PRD tomaron el estrado del Congreso. El presidente de la legislatura había declarado un receso. Tal y como lo hiciera Fox a su colega cubano Fidel Castro, cuando en Monterrey le dijo: “Comes y te vas”, los diputados y senadores del PRD le gritaron al mandatario mexicano en su cara cuando entró al recinto, “lo entregas y te vas”. No lo dejaron pronunciar su discurso final a la Legislatura.

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López Obrador quiso aclararles a sus miles de seguidores en el Zócalo que no estaba loco. “Han hecho estudios algunos, que llegan a la conclusión de que no estoy bien. Pero no me preocupa porque es lo que decían de la gente que más admiro de nuestro país, a esos que han tratado de iluminados, de herejes de bandidos. Esos son ahora nuestros héroes, “dijo, evocando sin nombrarlos a Pancho Villa y Emiliano Zapata, arrancando el aplauso del público presente.

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Vicente Fox se enteró en la residencia de Los Pinos, donde estuvo más de 10 horas reunidos con sus principales asesores, de que la cosa se complicaba en el Congreso.

“Señor presidente, la tribuna ya la tomaron los perredistas”, le dijo el diputado panista José Julián Sacramento, según el diario El Universal.

“¿Cómo?”, preguntó el mandatario.

“Acaban de informarlo en la radio”, dijo otro legislador.

“¿Vamos a ir?”, quiso saber otro.

“¡Por supuesto que vamos a ir!”, contestó el presidente.