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“Es un paso muy grande”

Macarena Gelman siguió de cerca la sesión en la Cámara de Senadores que el martes por la noche aprobó el proyecto interpretativo que pretende dejar sin efecto la Ley de Caducidad. Estuvo en el Senado, rodeada de caras amigas, con las que celebró este primer escalón en la eliminación de la norma aprobada en 1986. “Para mí, esto es una etapa intermedia. Si bien costó mucho llegar a esta votación y alcanzar un acuerdo en la Cámara de Senadores, no deja por eso de ser importante y representar mucho. Es un paso muy grande en el sentido de terminar definitivamente con esta ley”, dijo ayer la nieta del poeta Juan Gelman a Página/12. Quizá porque sabe que todo cuesta mucho no se adelante para festejar. “No puedo evitar mencionar que falta la instancia en la Cámara de Diputados y para explayarme prefiero que esto suceda y que el proyecto interpretativo esté aprobado definitivamente”, remarcó. Macarena no sabe cuándo la Cámara de Representantes de Uruguay va a tratar los cambios introducidos por los senadores. Puede ser el 4 de mayo o puede que se postergue hasta el 20, para darle una carga más simbólica, ya que ese día se recuerda el asesinato de Zelmar Michelini y otros tres dirigentes uruguayos en Buenos Aires. “A mí me parece importante que se vote cuanto antes. Creo que no pierde simbolismo porque es una decisión muy grande. Eso quedará a criterio de la Cámara. En cualquier momento que sea, conserva su importancia”, agregó. “Fue una decisión muy digna de nuestros representantes y, por supuesto, celebro lo que pasó”, completó la joven. Macarena no lo dice, pero sabe que ella aportó mucho para que la Ley de Caducidad tenga las horas contadas. Su lucha y la de su abuelo llevaron al Estado uruguayo a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que el mes pasado sancionó al país por la vigencia de esa norma que impide castigar a los represores. Habla de emociones por el fallo, por la resolución de anteayer de los senadores y por la sentencia en el juicio por crímenes cometidos en el centro clandestino de detención Automotores Orletti, por donde pasaron sus padres tras ser secuestrados en Buenos Aires. “Es una época muy fuerte para mí, pero estoy bien”, se ríe.

Informe: Luciana Bertoia

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