EL MUNDO › DEBATE SOBRE EL NEOLIBERALISMO Y RUMBOS DE LA IZQUIERDA

“No son pobres 80 millones”

En una de las mesas del Foro la discusión se centró en las políticas que aplicaron los gobiernos progresistas de la región. “La mayoría encontró sistemas para controlar a los mercados”, señaló el periodista Ignacio Ramonet.

 Por Martín Granovsky

Desde Porto Alegre

Los expositores contrastaron la situación de la región con la de Europa y Estados Unidos.
Imagen: Gentileza Carta Maior.

El director de Le Monde Diplomatique en español, el francés de origen gallego Ignacio Ramonet, dijo que por las políticas de los que llamó “gobiernos neoprogresistas” de América latina, surgidos de la “renovación política”, en los últimos años 80 millones de personas salieron de la pobreza. Ramonet habló en una de las actividades del Forum Social Temático de Porto Alegre, un debate sobre la crisis del neoliberalismo y los rumbos de la izquierda organizado por la web Carta Maior.

De la discusión participaron, además de Ramonet, el alto representante del Mercosur Samuel Pinheiro Guimaraes, el economista Luiz Gonzaga Belluzzo y el economista argentino Mario Burkun.

Ramonet dijo que “los partidos tradicionales que habían piloteado las democracias durante más de 40 años fueron barridos democráticamente en Venezuela, en Ecuador, en Bolivia y en Brasil” y que “hasta el peronismo argentino no es el peronismo tradicional, el neoliberalismo de Menem, sino un peronismo de izquierda”.

Para el director de Le Monde Diplomatique, un rasgo común es que “la mayoría de los gobiernos encontró sistemas para controlar a los mercados”, otro la “mayor solidaridad latinoamericana” y un tercero que, al revés de la Europa de hoy, “los países están construyendo o reconstruyendo el Estado de bienestar”.

La mesa fue coordinada por el periodista Gilberto Maringoni, que dio las cifras de visitas de Carta Maior, unas 25 mil por día para este portal brasileño que con 11 años de antigüedad comparte su trabajo con Página/12 y La Jornada de México. Defendió “no la censura de prensa sino la reglamentación democrática de los medios”.

Al comentar la segunda parte de la propuesta (los rumbos de la izquierda) Gonzaga Belluzzo habló en primera persona del plural y dijo que “perdimos esta batalla a mediados de los años ’70 a nivel mundial”. Recordó que al principio de su mandato, en 1981, François Mitterrand intentó una política de desarrollo y fue obligado a retroceder en 1982.

“A veces me regocijo un poco por la crisis europea”, confesó Gonzaga Belluzzo. “No es políticamente correcto decirlo pero recuerdo que cuando yo era secretario de política económica del gobierno de José Sarney y en medio de la crisis de la deuda hablaba con Jean Claude Trichet, presidente del Club de París, él siempre intentaba demostrar que éramos incompetentes.”

Dijo el economista de la Universidad de Campinas que “no hay un problema de personas, sino de cómo funciona el sistema”, tal como piensa “el autor de una famosa obra de tres tomos”, en alusión a El Capital de Carlos Marx. “José Stalin quería acabar con el dinero y con el mercado”, criticó Gonzaga. “El mercado puede ser un instrumento del socialismo. No hay que confundir mercado con capitalismo, que es un sistema de control, de poder y de acumulación ilimitada. El mercado debe servir al bien común.”

Recordó que “en todo el mundo la carga tributaria sobre el 10 por ciento más rico cayó”, y dio como ejemplo que el precandidato republicano Mitt Romney reconoció haber pagado de impuestos un 14,6 por ciento de sus ingresos, la mitad que su secretaria. “Mientras, en los Estados Unidos los ingresos familiares quedaron estancados, con 43 mil dólares al año en promedio desde los ’90, y los deudores eran capturados y sometidos a la terrible máquina de la acumulación.”

“En Brasil el Estado fue usado para mantener la esclavitud”, historió en una parte de su intervención el máximo responsable del Mercosur Pinheiro Guimaraes, ex ministro de Asuntos Estratégicos y vicecanciller de Lula. Recordó que “el Estado es expresión de las clases hegemónicas y dominantes y controla la sociedad civil” y que “cada tanto el Estado interviene para reducir la insatisfacción política y hasta cree que es bueno hacer un poquito de distribución”.

El objetivo de hoy, en cambio, según describió, es “acabar con la legislación del trabajo y terminar con un proceso de cambios que por ejemplo acortó la jornada de 12 horas para los trabajadores”.

Pinheiro recomendó hablar de empresas y personas y también mencionó a Romney, con una renta de dos millones de dólares por mes. “No es cierto que todo está en crisis porque a muchas empresas grandes les va bien”, dijo.

Al volver sobre la cuestión del trabajo, explicó que la amenaza actual en las economías desarrolladas es que los trabajadores acepten la flexibilización o las condiciones chinas (“en China los soldadores trabajan sin protección”, dijo) porque de otro modo las inversiones podrían ir directamente a China.

“Cuidado, que puede ocurrir aquí también”, señaló el ex número dos de la Cancillería brasileña.

Burkun, profesor en la Universidad de Buenos Aires, dijo que en lugar de pensar en crecer menos “hay que aumentar la ocupación y la demanda”. Sobre las relaciones entre la Argentina y Brasil afirmó que “tendríamos que tener una banda de tipo de cambio en común, aumentar el intercambio compensado sobre todo a corto plazo y no entrar en pelea con Brasil, cosa que a veces algunos funcionarios no entienden”.

“El dilema de la izquierda es si quiere gestionar la crisis o fortalecer los nuevos paradigmas”, dijo Burkun, que al mismo tiempo recomendó “que en el Estado estén los mejores cuadros de gestión sin preocupaciones menores, porque a veces nos preocupamos por las pequeñas porciones de poder pero después todo se diluye en el sistema financiero internacional”.

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