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THOMAS GRIESA.
Guardacosta

Puede resultar una paradoja, pero el juez Thomas Poole Griesa es un experto en naufragios. Mucho antes de ser uno de los magistrados más respetados de los Estados Unidos, Griesa trabajó de guardacosta. Y no bien se recibió de abogado se especializó en temas navales. Recién empezaban los años ‘50, y aún faltaban dos décadas para que Richard Nixon lo nominara como juez de la Gran Manzana, que ocurrió en junio de 1972. Quienes conocen al juez, que a los 73 años se vio en la obligación de estudiar y analizar el naufragio de la economía argentina, destacan la valentía que demostró en varios casos resonantes. Como la vez que falló en contra de uno de los mafiosos más temidos de Nueva York: Frank Tieri. También enfrentó al poder económico: ocurrió cuando impidió la construcción de una autopista que iba a recorrer la parte occidental de la ciudad. Nacido en la ciudad de Kansas, el magistrado trabaja en el quinto piso de Pearl Street, en Nueva York.

KENNETH DART.
El buitre

Primero apuntó contra Brasil y ganó especulando con bonos de ese país. Años más tarde, en 1999, puso en la mira a Ecuador, que intentaba reestructurar su deuda. También ganó. El mismo resultado obtuvo en Rusia. El magnate Kenneth Dart infló su fortuna con las sucesivas crisis. ¿Ganará también con la Argentina? El juez Thomas Griesa ya le dio la razón a este hombre menudo, de 60 kilos, que vive en una mansión en las islas Cayman y se traslada en un barco de 60 metros de eslora, que hizo blindar por miedo a sufrir un atentado. Odia que le saquen fotos, una seña que comparten los hombres poderosos. Su obsesión por el dinero hizo que abandonara su ciudadanía y se instalara en un paraíso fiscal para evitar el pago de impuestos. Tal vez le importa más que vivir alejado de su esposa y de sus hijas. Dueño de una fábrica de envases térmicos, Dart abrió una filial en la Argentina. La compañía funciona, desde hace seis años, en el parque Industrial de Pilar.