EL PAíS › OPTIMISMO EN LA CASA ROSADA

Pinguinos con palitos

En el Gobierno aseguran que Néstor Kirchner está “exultante”. La llegada del presidente de Corea del Sur, Roh Moo-hyun, se convirtió ayer en el puntapié inicial de una semana donde la “novela” oriental comenzará a tomar visos de realidad. Y no se trata únicamente de enunciaciones de confraternidad entre el Presidente argentino y el asiático, como suele suceder cada vez que se encuentran dos mandatarios, sino de un reacomodamiento regional, que llevará a la Argentina a una nueva relación político-comercial en la que China y Vietnam tampoco son ajenas.
Desde que Roh Moo-hyun hizo pie en Ezeiza, el último domingo, no paró de ensalzar las relaciones bilaterales y de presagiar un destino común para la Argentina y Corea. En rigor de verdad, más que a las naciones ayer se refirió a las regiones del Pacífico y América latina, a las que identificó bajo las palabras “esperanza” y “futuro”.
Para Asia, la Argentina aparece como un apetecible destino de inversión en áreas tan complejas como disímiles. Para el gobierno de Kirchner, el desembarco oriental es una oportunidad histórica, “inédita” –es exactamente la palabra que utilizan los funcionarios de la Casa Rosada– para un país en default. Corea fue el mascarón de proa con el anuncio de la apertura de una línea de crédito de 30 millones de dólares del Eximbank para agilizar el intercambio comercial (ver aparte).
No por nada una frase que hizo circular el Presidente entre los suyos fue: “Tengo un as en la manga. Si me sale, van a poner una foto mía arriba de la de San Martín”.
–¿Es para tanto? ¿Habrá otra Argentina después de esta “semana oriental”? –le preguntó Página/12 a un funcionario que pidió un estricto off the record.
–Estamos entusiasmados porque la llegada de créditos e inversiones significa que no sólo nosotros percibimos que hay una recuperación del país, y que la Argentina es una oportunidad, sino que es algo que perciben los demás.
–¿Puede dar una pista del misterioso anuncio que se hará con China?
–No habrá nada misterioso. Pero no es conveniente adelantar nada. Hay que esperar al presidente chino antes de hablar, de lo contrario sería una falta de respeto.
Efectivamente, la mirada de Kirchner no está limitada a Corea sino que se extiende especialmente a China, cuyo presidente, Hu Jintao, aterrizará hoy presuntamente para anunciar importantes inversiones, que en algún momento se especuló que serían del orden de los 20 mil millones de pesos, aunque luego ese monto fue desmentido desde ambos gobiernos (ver nota en esta misma página).
Más allá de esas especulaciones, que hicieron a Kirchner hablar de una “novela” de los medios (para luego amenazar con hacer renunciar a alguno de sus funcionarios, admitiendo así que el dato pudo haber salido desde su propia administración), en la Casa Rosada muestran un elocuente estado de euforia. Y el Presidente no puede disimularlo.
Roh Moo-hyun puso ayer varios granitos de arena para levantar el ánimo oficial. “Corea ya ha superado su crisis y la República Argentina está en un proceso de crecimiento de su economía. Ahora se va a fortalecer la relación de amistad y cooperación entre ambas naciones”, arrancó antes de conocerse una larga lista de “entendimientos”.
Allí figuran un convenio entre empresas coreanas y argentinas para la explotación de minerales, la compra de carnes argentinas, acuerdos de cooperación en materia tecnológica y de comunicaciones, y también la posibilidad de, en el mediano plazo, avanzar en un acuerdo de libre comercio entre Corea y el Mercosur, entre otros.
En ese sentido, Kirchner dijo que Corea será “un buen compañero de ruta” y manifestó el deseo de que se incremente el comercio bilateral, pero diversificando las exportaciones argentinas que hoy están centradas en los productos primarios y materias primas. Pero, además de las preocupaciones comerciales, Kirchner también se comprometió a apoyar el progreso de las relaciones políticas entre Corea del Norte y del Sur, que están divididas desde 1948. El apoyo argentino está expresado en una declaración conjunta en donde pregona por una “solución pacífica de la cuestión nuclear de Corea del Norte”.
Roh Moo-hyun habló en distintos escenarios. Parte del raid incluyó su paso por la Cámara Argentina de Comercio y también por el Congreso de la Nación, en donde fue recibido por las autoridades legislativas de ambas Cámaras y elogiado por Daniel Scioli. Nada fuera de protocolo, excepto cuando la diputada duhaldista Mabel Müller –con el guiño del vicepresidente– se acercó al mandatario coreano para darle una “reseña” de la vida y obra de Eva Perón.

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