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Juan Carlos Bordón es terminante: “No había lugar en los baños para hacer una guardería, y además, cada vez que había show se cortaba el agua en el baño de mujeres a las diez de la noche. Pasaba siempre y no podíamos darnos cuenta por qué era, mire que le dimos vuelta al asunto. Por eso nos la pasábamos sacando agua del baño de varones para el otro, porque las chicas venían medio desmayadas de la acumulación de gente y el humo. No por el incendio, siempre, entonces nosotros les mojábamos la cabeza y se quedaban por ahí que había más aire para recuperarse”. Su hijo Raúl subraya las palabras de su padre: “Los baños estaban por un pasillo largo detrás de la cabina, yo creo que muchas chicas que tenían nenes se fueron para atrás pensando que el incendio se iba a apagar enseguida. Si nosotros vimos que se ponía feo y le decíamos a la gente que baje, pero se tiraban detrás de la barra o se iban al fondo. Yo escuchaba los ruidos de vidrio por las botellas rotas, y después gritos. Y encima los cuerpos que se caían al vacío desde el vip”. Lo cierto es que las familias de Bosques perdieron en la noche del 30 de diciembre cuatro niños menores, casi el 50 por ciento del total de menores de 10 que fallecieron en el incendio. Ninguno iba exactamente a ver el recital, estaban ahí esperando que sus padres terminasen de trabajar.