EL PAíS › AL CORTE DEL PUENTE DE GUALEGUAYCHU, AYER SE SUMO EL DE COLON

Hay sucursal de la cancha de voley

Uruguay está cada vez más lejos, con dos de los tres puentes de Entre Ríos cortados. Ayer los vecinos de la asamblea de Colón se sumaron a los bloqueos “por tiempo indeterminado” en reclamo de que se detenga la construcción de las dos papeleras que aseguran que contaminarán el río Uruguay. “Esperemos que, con este esfuerzo, nuestra república hermana se siente en una mesa de diálogo para resolver esto como vecinos que somos”, pidió Carlos Serrati, un vecino de la asamblea de Colón. Como en Gualeguaychú, decidirán la continuidad del piquete con una asamblea diaria. Los camioneros y turistas deberán seguir hasta el tercer puente, en Concordia, cien kilómetros al norte de Colón. Por su parte, Gualeguaychú le puso música a la protesta con un recital de Víctor Heredia, Soledad Pastorutti y Antonio Tarragó Ros, bajo la consigna “Si no salvamos el río se nos muere el alma”.

Cerca de 300 vecinos de Colón cruzaron camionetas sobre la ruta 135 y se instalaron en sus reposeras a tomar mate y pasar el día. “Permitimos el paso de los automóviles que estaban en trámite de migración, incluso también a una persona que tenía un problema de salud”, explicó Serrati, mientras se preparaban pequeños campamentos para pasar la noche. “Cada uno trajo su asadito, su picada; además la gente se acercó y colaboró con comida y agua”, relató.

La única opción para pasar por tierra a Uruguay será Concordia, a 460 kilómetros de Buenos Aires. “La gente de Concordia está analizando la posibilidad de tomar también alguna medida”, comentó Serrati. Por su parte, el intendente de Colón, Hugo Marsó, consideró “lamentables” los piquetes, pero aseguró que “lo miserable del gobierno uruguayo hace difícil destrabar esto”. Por la noche, en una asamblea resolvieron continuar con el corte hasta una nueva deliberación, hoy a las 6.

Además del piquete en la ruta 136, Gualeguaychú se vio inundada ayer por una serie de actividades del gobierno provincial de Jorge Busti. Se hizo una “bicicleteada y marcha aeróbica por la vida” y, por la tarde, una caravana de canoas surcó el río desde el balneario Ñandubaysal. Por la noche, los participantes se arrimaron con los kayac sobre una camioneta al recital, en la naciente de la ruta 136. Los asambleístas se repartieron entre los que mantuvieron el piquete en esa ruta y los que fueron a ver a Soledad revolear el poncho.

Cerca del escenario gigantesco con torres de audio, la asamblea armó una cantina con chorizos y hamburguesas, para solventar gastos de los cortes. “Es con fuego a leña, bien bucólica la cosa”, comentó el ambientalista Oscar Vargas. “A la tarde, Tarragó Ros fue a la ruta a tomar unos mates y comer un asado de costilla ancha. Vio el calor que pasamos todos los días”, refirió, mientras los entrerrianos vibraban con Heredia, Tarragó Ros y Soledad, en otra noche calurosa de caminos cortados.

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