EL PAíS › SOSPECHAS DE CORRUPCION SOBRE LA EMPRESA FINLANDESA

Una denuncia contra Botnia

Sobre llovido mojado. A las denuncias por contaminación ambiental, las empresas productoras de pasta base de celulosa que se instalarán en la localidad uruguaya de Fray Bentos, ahora suman las de corrupción. Por lo menos así se desprende de los cargos que ayer formuló un ambientalista uruguayo que asegura que el gerente y portavoz de la firma Botnia, Carlos Faroppa, les habría entregado 50 mil pesos argentinos a un grupo de activistas uruguayos. Según la denuncia, el dinero conllevaba el objetivo de frenar cualquier protesta en Uruguay y también el de mantener a los empresarios finlandeses informados sobre los planes de las asambleas de Gualeguaychú.

El activista Marcelo Kairuz se presentó en el Canal 9 de Buenos Aires con el video de una cámara oculta presuntamente realizada hace tres semanas. En un galpón contiguo a la casa de Kairuz, siempre de acuerdo con su testimonio, Faroppa se habría reunido con él y dos ambientalistas más. En ese diálogo, en tres ocasiones los activistas le recuerdan a Faroppa la existencia de esta antigua coima. De acuerdo con los dichos de los presentadores televisivos, que no exhibieron más que detalles difusos del video, de clara factura casera, ante la mención de los sobornos el gerente de Botnia habría hablado de la “importante mediación” llevada adelante por los tres ambientalistas.

Kairuz recuerda que se cruzó con Faroppa en una reunión que los ambientalistas mantuvieron con las empresas en junio del año pasado en el Ministerio de Medio Ambiente uruguayo. Comentó que en esa ocasión, Faroppa tomó de la mesa de reunión una tarjeta que le había dado al activista y que éste olvidaba. Luego de colocársela en un bolsillo de su saco, le dijo: llámame. Los ambientalistas lo llamaron y admiten que en la reunión que mantuvieron con el gerente de Botnia le puntualizaron que “todo tiene precio”. Tiempo después, siempre según el relato de Kairuz, el 21 de diciembre de 2005, Faroppa habría aparecido con un sobre con dinero y con un recibo en el que solamente se señalaba que el pago era por trabajos realizados.

“Quise demostrar que Botnia es corrupta”, respondió Kairuz cuando se le preguntó por qué motivo realizó la cámara oculta con la que filmó al gerente de Botnia. Por el momento, la firma finlandesa no formuló comentarios y el paradero del denunciante aparece como incierto. Los presentadores televisivos se limitaron a señalar que se encontraba en un lugar de la Ciudad de Buenos Aires y que lo último que les dijo fue: “Tengo miedo que me maten”.

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