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“Una derrota de Rovira es un palo a Kirchner”

Enrique Peczak acompaña la lista que promueve la reelección indefinida del gobernador. Reivindica la gestión del presidente Kirchner y apoya a Carlos Rovira, aunque admite que lo de “indefinido” es criticable.

 Por W. P.
Desde Posadas

“No voy a doblar las rodillas ante una dictadura”, le contestó el secretario general del Movimiento Agrario Misionero (MAM), Orestes Peczak, a su hermano Enrique. Era 1976 y entre los sonidos de la selva discutían si cruzar a nado la frontera a Brasil o quedarse y resistir. Se quedaron. Orestes empezó a trashumar de rancho en rancho y su hermano le enviaba comida a través de las familias de campesinos. Enrique fue secuestrado en octubre. Lo torturaron por semanas. “¿Dónde está Orestes?”, le preguntaban en cada sesión de picana. En Navidad, en la cárcel de Candelaria, se enteró de que habían asesinado a su hermano. “Por lo menos él no sufre más”, pensó. Alto, rubicundo, con algo de acento portugués, Enrique todavía trabaja su chacra en Oberá. Como dirigente agrario, se sumó a la lista del gobernador Carlos Rovira. “Una derrota de Rovira en estos momentos es un palo a Kirchner”, argumenta.

El padre de Peczak cruzó el charco desde Ucrania y se estableció en plena selva. A los colonos les daban una parcela. “Venían con un hacha, abrían un espacio y hacían una casita”, cuenta Enrique. Así que de notario en Polonia pasó a cultivar tabaco. Enrique creció en el campo. Era el octavo de nueve hermanos. Casi no conoció a su padre, que murió cuando tenía cuatro años.

En 1969 se formó el MAM en Misiones, donde los campesinos peleaban por los precios de la yerba y el té. Orestes comenzó como delegado de la colonia y al año ya era secretario general. “En la dictadura de Lanusse, las actividades fueron explosivas, crecimos como con levadura”, recuerda. Mientras se extendían las ligas agrarias por todo el Nordeste argentino, participó como un militante de base de los cortes de ruta y en la formación de los núcleos de base y de las marchas a Posadas de cien mil personas. Finalmente, Lanusse declaró Misiones zona de emergencia militar. “La gente que estuvo dormida muchas décadas reaccionó”, afirma.

El día del golpe de Estado fueron a buscar a los dirigentes. Trajeron batallones enteros para rastrear la selva. A Orestes no pudieron hallarlo, así que decidieron llevarse a Enrique. Durante los siete años de prisión, fue trasladado 14 veces. “Cada traslado en avión ibas vendado y esposado, uno se despedía, porque podía ser lo último que le tocaba”, dice. El 23 de noviembre de 1976 secuestraron a Orestes. Entregaron el cuerpo en un cajón sellado. En 1983, liberaron a Enrique, que volvió a Oberá. Y declaró en los Juicios por la Verdad en memoria de su hermano.

–¿Cómo decidió ser candidato del Frente Renovador?

–Hasta estas elecciones siempre estuvimos de la vereda de enfrente. Respondí a una invitación del gobernador a participar. Y acepté, porque nuestras organizaciones sociales apoyan a Kirchner y sería una contradicción oponerse en Misiones. Queremos impulsar desde adentro y no pedir desde afuera.

–Usted va a votar una reforma para habilitar una elección indefinida.

–Eso de “indefinido” es el término que tal vez más perjudicó al gobernador, porque lo culpan como si fuera una dictadura. No acepto confundir esto con una dictadura como la de Stroessner, porque yo viví una dictadura y la sufrí. Nosotros no participamos de la decisión de la reelección, pero decidimos acompañarla. El juego democrático pasa por que cada cuatro años se vota. Ahora lo habilitamos para estar un período más.

–¿Ocho años no son suficientes para Rovira?

–Los cuatro años primeros de su gobierno fueron en el desbarajuste de la crisis argentina. Es como si me preguntases si quiero que Kirchner esté otro período. Y te soy honesto: me gustaría.

–Pero ¿quisiera que estuviera dos períodos más?

–Voy por partes. Cuando llegue el momento, podrá decidir si conviene o no conviene. O si surge alguien que pueda seguir el mismo proyecto.

–¿No hay nadie en el Frente Renovación que pueda continuar sus políticas?

–No soy del Frente. Honestamente, no lo veo. Yo aceptaría que hubiera surgido otro. Nosotros lo acompañamos, pero no en forma indefinida.

–Piña sostiene que Rovira es un “pequeño dictador”...

–Insisto en que fue desafortunada la calificación de dictadura. Al nacionalizarse la campaña, hay sectores de comunicación en Buenos Aires que evidentemente no apuntan tanto contra Rovira, sino que los palos vienen contra el Presidente. Una derrota de Rovira en estos momentos es un palo a Kirchner. Se ve venir que, si hay una derrota en Misiones, va a tener un efecto a nivel nacional. Yo respeto mucho la actitud progresista de Piña, pero no se va a ver beneficiado.

–¿Y Puerta sí?

–Pueden ser él u otros. Ellos representan el sentido de las grandes empresas del sector yerbatero y tealero. Hay grandes intereses económicos que están financiando esto. Esta es una elección piloto –quizás un poquito mal planteada con esto de “indefinido”–, pero se está aplicando una puja entre dos alternativas de construcción en la Argentina: la neoliberal de los noventa y la que impulsa Kirchner.

–¿Rovira no formó parte del modelo de los noventa?

–Sí, sí, él salió de ahí. La diferencia es que cuando Kirchner se postuló, él se jugó. Evidentemente, hay coletazos, rastros de eso. Pero su propuesta es más progresista que la de los otros sectores. Entiendo que hay muchas contradicciones, pero es lo más cercano a lo que uno quiere. No será lo ideal, pero estamos acercándonos. Volver al otro modelo beneficiaría sólo a un sector económico y uno se sentiría colonia, no país.

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Enrique Peczak es candidato a convencional constituyente por el oficialismo de Misiones.
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