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En Caracas no dudan del éxito pero nadie se anima a ponerle una fecha

El responsable venezolano de la Operación Emmanuel aseguró que los rehenes serán liberados por las FARC, aunque admitió que podría prolongarse la demora.

 Por Eduardo Febbro
desde Caracas

Una información errónea suministrada desde Colombia por la cadena radial Caracol a primeras horas de la mañana indujo a creer que la selva iba a empezar a abrir sus brazos para liberar a Clara Rojas, su hijo Emmanuel y la ex congresista Consuelo González. Según esa radio, el hombre clave del proceso, el ex ministro de Interior venezolano y responsable de la Operación Emmanuel, Ramón Rodríguez Chacín, no sólo ya había recibido las coordenadas de localización de los rehenes sino que, además, ya estaba rumbo a Colombia en un avión. Ambas afirmaciones quedaron reducidas a la nada en tres tiempos: primero, cuando el ministro venezolano de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, aclaró muy temprano que Rodríguez Chacín seguía estando en Caracas; segundo, cuando el mismo Chacín y Maduro ingresaron al Hotel Meliá Caracas para hablar con la prensa y luego con los familiares de los rehenes. Caracas aplicó así el principio enunciado por Hugo Chávez de apostar por la transparencia.

Ramón Rodríguez Chacín dio en breve las informaciones fundamentales: “Por ahora, solamente estoy esperando las coordenadas para trasladarme a Colombia. Lo que sí digo con toda seguridad y con toda firmeza es que esto se va a realizar con éxito y en los próximos días (...) ¿Cuantos días? No lo sé”. El funcionario también alegó que el operativo pudo atrasarse a raíz de las operaciones militares en curso en Colombia. Sin embargo, Rodríguez Chacín recalcó: “Tengan en cuenta que son zonas de combate donde el gobierno de Colombia está colaborando activamente con nosotros, de manera muy positiva”. Pocos minutos después, el canciller Nicolás Maduro dio una explicación similar: “Estos procesos no son fáciles y pudieran demorarse otros días más. Y nosotros estamos preparados para eso y para más”. En suma, según las palabras del canciller, se está “a la espera de las coordenadas finales”. Ambos responsables retomaron los argumentos esbozados por Chávez hace unos días y enunciados el sábado por Rodríguez Chacín en el aeropuerto de Caracas poco después de que Néstor Kirchner partiera rumbo a Villavicencio. Las cuestiones climáticas y los problemas de seguridad, la protección del grupo que lleva a los rehenes una vez que éste los haya entregado así como las dificultades para comunicar los pormenores del avance son los aspectos que condicionan la demora, según la versión oficial.

Es lícito recordar que este tipo de atrasos no son una novedad cuando se trata de las FARC. En otras ocasiones ya anunciaron liberaciones que no se produjeron. Un caso dramático y reciente es el de los doce diputados secuestrados por las FARC de los cuales once murieron en circunstancias controvertidas. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia argumentaron que los doce diputados murieron por “fuego cruzado” en el curso de una ofensiva del ejército. Este escenario fue tajantemente rechazado por el gobierno de Alvaro Uribe. Posteriormente, las FARC prometieron entregar los cuerpos a fin de que se corroboraran las circunstancias de la muerte. Al igual que ahora, fue el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) el que supervisó el operativo. Las FARC asumieron el compromiso de indicar en qué lugar estaban los cuerpos. Esa “información” tardó varios meses en llegar al CICR. Los doce diputados fueron hechos cautivos en abril de 2002 en un operativo lanzado por la columna Arturo Ruiz, una unidad de elite de las FARC que se apoderó de los hombres durante una acción plasmada en la sede de la Asamblea del Valle, en la localidad de Cali. La muerte de los once diputados fue anunciada por las FARC el 28 de junio de este año. El 9 de julio las FARC solicitaron al CICR y al grupo de facilitación compuesto por España, Francia y Suiza “su acompañamiento y buenos oficios” para la entrega de los cadáveres. Recién el 8 de septiembre –dos meses después– el portavoz del CICR pudo anunciar: “Ya están en nuestras manos once cadáveres”.

Caracas explicó ayer que se habían modificado los soportes técnicos que, en un momento, pudieron dificultar la Operación Emmanuel. En ese sentido, el canciller venezolano reveló que se habían aportado dos helicópteros nuevos en el marco de “ajustes técnicos”. Esos aparatos, de tipo Bell, estampillados con el emblema de la Cruz Roja, están previstos para el traslado de los tres rehenes y están más adaptados al ingreso de zonas frondosas o de acceso difícil. Después de las intervenciones de Chacín y Maduro ambos responsables fueron a hablar con las familias de los rehenes. Ninguna adversidad ni tensión parece desviarlos de su misión: la espera de sus seres queridos. “No conocemos el tipo de operación, pero estamos muy tranquilos”, dijo la madre de Clara Rojas y abuela de Emmanuel, Clara González. Los familiares convocados a Caracas apaciguaban la ansiedad y los interrogantes de la prensa. Siempre unidos, transmitiendo un mensaje de paciencia y fe, muy lejos del director norteamericano Oliver Stone que prevé filmar la entrega de los rehenes. Autorización garantizada para ir hasta la jungla en el momento de la liberación y espectáculo servido en bandeja. Más honesto hubiese sido, tal vez, enfrentar la jungla en el anonimato, sin escudos, en busca de esa verdad por cuya cercanía tantos y tantos reporteros de guerra dejaron su vida en el intento.

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“Esto se va a realizar con éxito en los próximos días. ¿Cuántos días? No lo sé”, dijo Rodríguez Chacín.
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