EL PAíS › DICEN QUE DEJARON SALIR A FANCHIOTTI PORQUE ESTABA DEPRIMIDO

“Nos fijamos en lo espiritual”

 Por Adriana Meyer

Los jefes penitenciarios le abrieron la puerta de la cárcel a Alfredo Fanchiotti porque estaba deprimido. Así lo declaró Diego Borba ante el fiscal federal Marcelo Martini en la investigación por la salida del ex comisario sin autorización judicial. “Tomamos esa decisión porque nos fijamos en lo espiritual y para que se distraiga”, justificó Borba, subjefe de Vigilancia y Tratamiento de la Unidad 25 de Olmos, donde Fanchiotti cumplía su condena a prisión perpetua por el asesinato de Maxi Kosteki y Darío Santillán. Borba y Fanchiotti dieron la misma versión sobre el lugar donde estuvieron, pero los investigadores tendrían probado que ambos faltaron a la verdad. En tal caso, el ex comisario, que no estaba acusado de delito alguno por las escapadas, podría haber incurrido en falso testimonio y esto sería objeto de la apertura de una nueva causa.

Borba, imputado de los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y facilitación de la evasión de presos, declaró que acompañó en todo momento a Fanchiotti y que sólo se trasladaron hasta unos 30 metros fuera del penal. “Fanchiotti estaba deprimido, lo hablamos con el jefe del penal y permitió que fuera hasta el taller que tiene un interno dentro del perímetro del penal”, dijo el penitenciario. El otro imputado, el ex jefe de la U25 Jorge Suárez, se negó a prestar declaración indagatoria y quedó procesado en la causa. Si fuera cierto que estuvieron en ese taller no sería un atenuante porque es un lugar extramuros para el que se necesita autorización judicial. Pero los hombres de Martini tienen elementos para determinar que Borba y Fanchiotti estuvieron en otro lado, junto a otro preso, el ex juez Rolando Lima: habrían degustado un almuerzo en la casa del ex magistrado en la zona de City Bell o Villa Elisa.

Lima sí estaba autorizado a salir de esa cárcel, manejada por pastores evangelistas, pero habría abusado de esos permisos. Ese 30 de enero, luego de compartir un rato con el ex comisario, pasó la noche en casa de su hermana, la ex jueza Irma Lima. Según averiguaron en la fiscalía, la permanencia de Lima en el penal “era lo excepcional”.

La salida de esparcimiento espiritual de Fanchiotti quedó registrada en los libros de guardia, a pesar de que el jefe Suárez se opuso a ello. Fue así que la secretaría de Protección de Derechos Humanos bonaerense pudo hacer la denuncia penal que, además, motivó la intervención del penal, el inicio de un sumario administrativo y el relevo de tres jefes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). El ministro de Justicia provincial, Ricardo Casal, ordenó el desplazamiento los directores de Asistencia y Tratamiento, Julio Quintana; de Recursos Humanos, Héctor Sánchez, y de Seguridad, Mario Uzarralde. Este diario averiguó que el alejamiento de estos tres funcionarios ya estaba previsto con anterioridad al incidente de Fanchiotti, porque tenían 30 años de servicio e iban a pasar a retiro. Sus colegas penitenciarios comentaron que se fueron apesadumbrados por cargar con ese hecho, dado que sus fojas de servicio estaban limpias.

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El ex comisario condenado por la masacre de Avellaneda.
Imagen: Gonzalo Martínez
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