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Descamisadas

- ¿Una mini CGT? En el congreso de la CGT dijeron que el dirigente de gastronómicos, Luis Barrionuevo, había enviado dos emisarios a Obras –el templo del rock, ayer una casa tomada del sindicalismo peronista– para hacer el intento de presentar una lista alternativa. Nadie pudo confirmar si los barrionuevistas llegaron a Obras, porque la prensa no pudo ingresar a las instalaciones hasta que terminó la votación. Poco después, Barrionuevo aseguró desde la sede de su gremio que sus hombres no habían participado porque les habían impedido integrar los órganos internos del Congreso. “Nos hallamos impedidos de poder sesionar y participar desde un comienzo para integrar proporcionalmente la Junta Electoral y la Comisión de Poderes”, se quejó. Muy distinta fue la visión de Pablo Moyano. “A Moyano lo apoyó el 85 por ciento de los congresales”, exageró. “La CGT que anunció Barrionuevo será una mini CGT”, chicaneó.

- Los muchachos sólo quieren divertirse. Los miembros de la seguridad estaban ansiosos y aburridos. Ya habían pasado varias horas y todavía no había indicios de que los jefes sindicales ordenaran la apertura de las puertas. Como todos los periodistas esperaban afuera, en la vereda de la Avenida del Libertador, los camioneros dedicaron la mañana y las primeras horas de la tarde a observar a la heterogénea guardia de la prensa. El pasatiempo de los custodios se convirtió en el centro de atención de todos cuando los muchachos con pecheras de la CGT comenzaron a hacer bromas en torno a uno de los movileros de Caiga Quien Caiga (CQC). Las bromas luego se convirtieron en un improvisado tiro al blanco: el cronista de CQC llegó a esquivar varias botellas de agua mineral que habían lanzado desde atrás de las vallas. Los muchachos se divirtieron y la broma no pasó a mayores.

- Rumores de guerra. La versión había recorrido todo el mundillo sindical en los días previos al congreso. Se había dicho que Barrionuevo intentaría copar el estadio de Obras para obligar a suspender el encuentro. Así se postergaría la elección del nuevo secretario general. En la memoria de todos, ese rumor había activado el recuerdo de un congreso en el Teatro San Martín, donde la barrabrava de Chacarita había entrado a la fuerza y destronado a Saúl Ubaldini y sus aliados. Aquella incursión de los hombres del funebrero había estado impulsada por el mismísimo Barrionuevo. Precavido, Moyano había dispuesto muchísima seguridad en torno a las instalaciones del estadio de Núñez. Además de afiliados de Camioneros, también se vieron empleados de Russo Eventos, una empresa que suele aportar sus guardaespaldas con pecheras que dicen “prevención” en los actos encabezados por la presidenta Cristina Fernández.

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