Desde Pittsburgh

La presidenta Cristina Kirchner utilizó ayer su intervención final en la cumbre del G-20 para insistir en el reclamo de duplicar el capital del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). “Voy a ser breve: así como la Argentina apoyó en las anteriores cumbres el financiamiento de los bancos de Africa y de Asia, ahora pedimos que se financie al BID, porque es el instrumento para que nuestros países crezcan y salgan de la pobreza”, sostuvo. En la comitiva argentina celebraban como un triunfo propio que la OIT haya participado del encuentro y que la protección del empleo estable haya figurado en el documento final.

En la mención al BID, la Presidenta explicó que no hablaba sólo en su nombre, sino en nombre de todos los países de la región. Adelantó que había firmado una carta con el reclamo junto al presidente de México, Felipe Calderón, y al de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que repartirían al resto de los mandatarios. Lula, que habló inmediatamente después, confirmó su apoyo a la exigencia. Lo que están pidiendo los países americanos es que el BID pase de contar con un capital de 100 mil a 200 mil millones de dólares para repartir en préstamos principalmente para obras de infraestructura. La cuestión es que quien más debe aportar es Estados Unidos y en el Congreso norteamericano no se muestran dispuestos a abrir la chequera para unos vecinos que ya han pasado momentos peores que los actuales. Luis Alberto Moreno, el presidente del BID, fue a agradecerle a Cristina Kirchner apenas terminada la sesión. La Presidenta argentina es su mejor lobbista.

“Estoy muy contenta”, sostuvo Cristina Kirchner al hacer su evaluación. “En la anterior cumbre de Londres terminamos peleando porque no se incluyera el término flexibilización laboral y este documento comienza reinvindicando la necesidad del trabajo decente como uno de los instrumentos fundamentales para abordar la crisis”, añadió.

También fue argentina y brasileña la propuesta de incorporar a la OIT al debate. La Presidenta llama “economía real” a las cuestiones del trabajo, para diferenciarlas de los problemas financieros que hasta ahora habían ocupado casi la totalidad de los debates del G-20. Pero Cristina Kirchner sostuvo que el problema no es meramente financiero y pone como ejemplo el caso de España, que cuenta con los bancos más solidos de Europa y la tasa de desempleo más alta.

La OIT preparó un extenso y detallado informe –“Proteger a las personas y promover el empleo”– que repartió a los presidentes y cuyas conclusiones fueron agregadas al documento final. Por ejemplo, cuando dice que gracias a las medidas de estímulo económico implementadas en las dos cumbres anteriores del G-20 pudieron crearse o salvarse entre 7 y 11 millones de empleos en todo el mundo. Lo que no añadieron es que, según ese mismo informe, como consecuencia de la crisis se perdieron entre 20 y 30 millones de puestos que no es posible estimar en cuántos años podrán recuperarse.

Al igual que Moreno, el titular de la OIT, Juan Somavía, también se reunió y agradeció a Cristina Kirchner las gestiones realizadas.

En su primera intervención durante la sesión, por la mañana, la Presidenta les dijo a los otros presidentes que no había que pensar en la llegada de un nuevo orden internacional. “El nuevo orden internacional está acá, está sucediendo ahora”, en referencia al surgimiento de los países en vías de desarrollo como los nuevos motores de la economía mundial.

En base a informes que le acercaron en los últimos días, la Presidenta alertó acerca de que los bancos que fueron auxiliados para que no cayeran durante la crisis no habían transferido esos fondos al sistema productivo. El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, estuvo de acuerdo. “Sarkozy sostuvo que los bancos habían engañado a los presidentes, en cuanto a los principios planteados que si no había una total desregulación se irían a otros jurisdicciones”, sostuvo.

“Fue una muy buena cumbre, tuvimos resultados que hubieran sido impensables en Londres, con mucho protagonismo del tema trabajo y trabajo docente. En las dos primeras reuniones se hablaba de los bancos, del financiamiento y de los créditos, y nosotros decíamos que ese problema no era el vital”, sostuvo la Presidenta, que anoche mismo llegó a la Isla Margarita para participar de una nueva cumbre, la de Africa y América del Sur.