EL PAíS

Las dudas que quedan

 Por Raúl Kollmann

Las detenciones de ayer no despejan las enormes dudas que siguen existiendo sobre el triple crimen de General Rodríguez. El fiscal Juan Ignacio Bidone pareció inclinarse por la llamada “pista Quilmes”, señalada por este diario hace un año. Sin embargo, continúa sin saberse por qué mataron a Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón y tampoco hay evidencias categóricas sobre quién cometió el múltiple homicidio.

1 ¿Está claro que el triple crimen tuvo que ver con la venta de efedrina?

El fiscal Bidone y el abogado de las víctimas, Miguel Angel Pierri, dieron ayer motivos distintos: una mesa de dinero, una deuda, la competencia por la venta de efedrina a un grupo de mexicanos y la entrega de una remesa apócrifa de esa sustancia rebajada con sal. Alguna de esas cuestiones o todas juntas motivaron el enojo de los asesinos, por lo cual Forza, Bina y Ferrón fueron secuestrados en Quilmes, asesinados y luego sus cuerpos se tiraron en General Rodríguez. En principio, Bidone se inclina más por la efedrina como móvil principal.

2 ¿Qué relaciona a los ahora presos con las víctimas?

La mayoría provenía del mundo de las maniobras con medicamentos, en especial con algunas obras sociales. Por ejemplo, vendían medicamentos de tratamientos oncológicos que previamente habían sido robados de camiones. O tenían vínculos con la maniobra que consistía en proporcionar troqueles truchos a droguerías que, a su vez, se los daban a obras sociales. Esos troqueles correspondían a medicamentos que nunca se fabricaron y que se dieron a pacientes inexistentes o personas que ni sabían que se los registró como enfermos. Sobre la base de los tratamientos y pacientes falsos se le cobraban importantes sumas al Ministerio de Salud a través de la Administración de Programas Especiales (APE). Esta estafa –investigada por el juez Norberto Oyarbide– se realizó principalmente hasta el año 2007. Pero en 2008 apareció un negocio sucio mucho más rentable: proveer de efedrina a narcos mexicanos. Es que la sustancia era imprescindible para fabricar drogas sintéticas, y como fue prohibida la importación a México, en ese país pasó de costar 300 dólares el kilo a 10.000 dólares el kilo. En la Argentina se traía de India o China a 350 dólares y se podía vender a narcos mexicanos, aquí mismo, en 2000 dólares. Forza y quienes vivían del mundo de las maniobras con medicamentos tenían todos los contactos para meterse en ese negocio. La prueba es que la importación de efedrina, utilizada para medicamentos destinados a enfermedades respiratorias, se multiplicó por diez en 2008. Y es obvio que los enfermos no se multiplicaron por diez.

3 ¿Cómo se llegó a los detenidos de ayer?

Un joven de 25 años, Emiliano Nicolás Marcos, se presentó en el estudio de Pierri y dijo que tenía datos para aportar sobre el triple crimen. Trabajaba en una droguería de Pablo Quaranta, socio de uno de los hombres clave de esta historia: Ibar Pérez Corradi. Según contó el testigo Marcos, él presenció una negociación por efedrina entre Forza y Pérez Corradi. Este último, además, lo acusaba de deberle dinero y de haberlo engañado. Forza denunció a Pérez Corradi por reiteradas amenazas. Martín Lanatta, que se entregó ayer a la tarde y que también estaba relacionado con Pérez Corradi, es otro de los que aparecen vinculados con la provisión de efedrina. Bidone se inclinó por las pistas de Quilmes porque está convencido de que Forza, Pérez Corradi y Lanatta estaban metidos con la efedrina y, además, fue en Quilmes –en el supermercado Auchan– donde se vio por última vez con vida a las tres víctimas. La versión que tiene Bidone es que el encuentro del supermercado fue convocado por Lanatta, pero éste no fue, lo que llevó a las tres víctimas a ir a la casa de su hermano Christian. Bidone dice también que hubo una comunicación entre Lanatta y Forza poco antes del múltiple homicidio. El fiscal reveló ayer que el testigo Marcos apareció muerto en las vías del tren de Villa del Parque hace un mes. Se presume que fue un suicidio, pero obviamente todos tienen dudas.

4 ¿Qué papel jugaron los hermanos Schillaci y Christian Lanatta?

Para el fiscal, fueron la mano de obra del secuestro y el crimen. Aparentemente, los hermanos Schillaci tienen un largo historial en la delincuencia y fueron acusados de varios secuestros. Christian es hermano de Martín Lanatta y ayer no hubo que detenerlo porque ya estaba preso en Sierra Chica por un robo a mano armada en Bolívar.

5 ¿Existe alguna prueba definitiva de que el crimen fue cometido por los protagonistas de Quilmes?

Por ahora, no se conoce ninguna evidencia categórica. Quien primero investigó el triple crimen fue la fiscal porteña Ana María Yacobucci. En su pesquisa, determinó que la reunión en el Auchan fue breve y que luego las tres víctimas se trasladaron a otro lugar en Quilmes. No es para nada descabellado que haya sido la casa de Nicolás Videla 631 en Quilmes, propiedad de Christian Lanatta, a la que fue ayer el fiscal Bidone. Sin embargo, Yacobucci llegó en su momento a otra conclusión. Para ella la secuencia fue que Forza, Bina y Ferrón fueron hasta General Rodríguez por sus propios medios, tal vez atraídos por la oferta de alguna operación con efedrina, sus celulares se abrieron allí y –-siempre de acuerdo con la fiscal Yacobucci– en General Rodríguez los secuestraron, los llevaron al descampando y los ejecutaron. La prueba clave fue un proyectil que tenía material genético de una de las víctimas y que apareció incrustado en el suelo. Eso significaba que ese disparo fue cuando la víctima estaba con vida y por lo tanto la escena del crimen fue la de General Rodríguez. El fiscal Bidone, asesorado por una profesional de la Procuración, Virgina Créimer, sacó otra conclusión: que los secuestraron en Quilmes y tal vez los mataron también allí.

6 ¿No hubo participación de narcos mexicanos en el triple crimen?

Se trata de otra vertiente de la investigación, pero parece más bien relegada por Bidone. Hay testigos que vieron a Forza, Ferrón y Bina en una reunión con mexicanos en el Open Park de Pilar una semana antes del triple crimen. Forza apareció también vinculado con un argentino, Luis Tarzia, detenido muy poco después, junto a nueve mexicanos, en una quinta de Maschwitz donde a la cabeza de la operación apareció –y está detenido– José Martínez Espinoza, el mexicano que poco antes había comprado esa quinta. Una hipótesis que se investigó fue que Forza le vendió al laboratorio mexicano una partida de efedrina rebajada con sal. Ante el reclamo, Forza los habría denunciado, lo que produjo el allanamiento y la detención de todos. La traición se habría pagado con la vida. Con su movida de ayer, Bidone parece más proclive a pensar que el múltiple asesinato fue una pelea entre argentinos por el mercado de la efedrina o por dinero proveniente de la efedrina, pero no la respuesta a una traición. De todas maneras, en la causa judicial consta una reunión de Forza, Bina y Ferrón con un allegado a Martínez Espinoza muy poco antes del crimen.

7 ¿Por qué algunos de los protagonistas aparecen como aportantes en la campaña del Frente para la Victoria?

Martín López Magallanes –que no fue detenido, pero que aparece vinculado con Pérez Corradi y Lanatta– y el propio Sebastián Forza figuran haciendo aportes a la campaña presidencial. Fue en 2007, cuando el centro de sus negocios no era la efedrina, sino los medicamentos y la relación con las obras sociales. En ese momento, el recaudador del FPV era Héctor Capaccioli, justamente Superintendente de Servicios de Salud. Es muy probable que se hayan usado los nombres de los involucrados en las maniobras con medicamentos para blanquear aportes hechos, tal vez, por dirigentes gremiales. Forza, por ejemplo, estaba quebrado, de manera que seguro que no aportó dinero propio.

8 ¿Cuáles serán los próximos pasos?

Habrá que ver cuáles son las pruebas con las que cuenta Bidone para implicar a todos los detenidos y, además, a López Magallanes, que es por ahora la pieza suelta a la que apunta el fiscal. Ya en agosto de este año, Página/12 señaló que, de acuerdo con la investigación del fiscal Diego Grau, de San Isidro, López Magallanes y dos matones de la hinchada de Boca estaban en el Unicenter el día en que ejecutaron a dos narcos colombianos. De manera que el trío de Lanatta, Pérez Corradi y López Magallanes está siendo investigado en dos matanzas relacionadas con estupefacientes. Pero la clave son las evidencias, las pruebas concretas, porque está claro que no hay testigos presenciales. Parece el único camino para esclarecer si el triple crimen fue producto de una interna entre argentinos por el increíble negocio de las drogas sintéticas, algo que no registraba antecedentes. O tal vez se trató de la réplica, muy al estilo de lo que sucede diariamente en México, por una delación que llevó a la caída de un laboratorio y la detención de nueve hombres llegados desde Guanajuato.

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