EL PAíS › EL PROCEDIMIENTO DE REMOCIóN

En manos del Congreso

 Por Miguel Jorquera

Cristina Fernández de Kirchner decidió prescindir de los servicios del presidente del Banco Central, Martín Redrado, ante su negativa a cumplir con el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 2010 que crea el Fondo del Bicentenario para pagar deuda con reservas. Pero la resistencia de Redrado a dejar su cargo y los tiempos parlamentarios podrían postergar la decisión hasta marzo. La Presidenta necesita de una resolución, no vinculante, de la comisión bicameral que encabeza Julio Cobos y que conforman los diputados y senadores que presiden las comisiones de Presupuesto y de Economía y Finanzas de ambas cámaras, que todavía no tienen designadas sus autoridades. El vicepresidente ya se metió en la discusión y pidió “para retomar la senda constitucional” que el Congreso convoque a sesiones extraordinarias el 3 de febrero para resolver si aprueba o rechaza el DNU del Ejecutivo.

Si Redrado abandona su resistencia a dejar la presidencia del Central, al que llegó por decisión del Gobierno, el Ejecutivo no tendría mayores problemas para resolver su reemplazo. Puede nombrar un nuevo presidente “en comisión” que no necesitaría del acuerdo inmediato de la comisión bicameral ad hoc creada en la carta orgánica del BCRA. Pero si Redrado se aferra a su sillón, generará una encrucijada para el Gobierno.

En caso de tener que destituir a Redrado, el Gobierno necesitará de una resolución de la comisión bicameral –como establece el artículo nueve de la Carta Orgánica del Central– para tomar una determinación. El “consejo” que emita la comisión legislativa no es vinculante, por lo tanto tampoco es determinante para la decisión que en definitiva adopte el Ejecutivo. Pero depende de ella para pronunciarse.

Para ello, el Gobierno debe solicitar al presidente del Senado, o sea a Cobos, que convoque a la comisión que él mismo preside pero que aún no está conformada. La misma debe estar integrada por otros cuatro legisladores, dos diputados y dos senadores, que presidan las comisiones de Presupuesto y Hacienda y la de Economía y Finanzas de ambas cámaras, pero que tampoco están en funciones tras el recambio legislativo.

En la Cámara baja, después del acuerdo sellado por los dos grandes bloques parlamentarios –por un lado, el “grupo A”, que nuclea a casi todo el abanico opositor, y por el otro, al oficialismo y sus aliados– dividieron la composición y las presidencias de las comisiones legislativas. Presupuesto quedará en manos del oficialismo y su candidato para presidirla es el santafesino Gustavo Marconato, mientras que Finanzas será para el conglomerado opositor, que dio el visto bueno para que el lilito Alfonso Prat Gay la encabece. Las comisiones se reunirán recién en marzo para elegir formalmente a sus autoridades.

En el Senado, ante la ruptura de las negociaciones entre el oficialismo y la oposición, la sesión preparatoria para dirimir las comisiones se trasladó a fines de febrero. Hasta antes del recambio parlamentario, el bloque K presidía ambas comisiones (Presupuesto y Finanzas), pero ahora la oposición reclama la presidencia de una de ellas. Si prospera la propuesta que impulsan el radicalismo y el PJ disidente, la comisión bicameral estaría conformada por dos oficialistas y dos opositores. Por lo tanto, Cobos volvería a tener en sus manos la definición de cualquier resolución, aunque ésta no será vinculante.

Pero el vice desestimó la conformación de esa comisión e hizo propio el pedido opositor de convocar a sesión especial a diputados y senadores el 3 de febrero, para que el pleno resuelva si aprueba o rechaza el DNU 2010. “Sólo el Congreso puede instruir por ley al Banco Central en torno de la utilización de reservas; tal como sucedió en diciembre de 2005, cuando el Ejecutivo le solicitó al Parlamento la ratificación por ley de la cancelación de deuda con el FMI”, afirmó Cobos a través de un comunicado.

En tanto, el jefe del bloque K de senadores, Miguel Angel Pichetto, salió al cruce de Cobos afirmando que “hay una ley que dice qué es lo que tiene hacer el Congreso, esto es, formar la comisión y acompañar el pedido de remoción que haga la Presidenta”. Pichetto tampoco dudó en calificar la actitud de Redrado de “desestabilizadora” e insistió en que “debería renunciar si, como lo demostró con su decisión, no está de acuerdo con la política económica del gobierno nacional”.

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