“No se puede pretender que el silencio o la sumisión ante decisiones que no fueron analizadas o consultadas sean el marco ético que se pretenda definir para el rol del vicepresidente”, sostuvo ayer Julio Cobos. Así salió al cruce de las críticas que recibió de parte de Cristina Fernández, Néstor Kirchner y varios funcionarios del oficialismo.

El vicepresidente contestó los reproches por escrito. Aclaró en su comunicado que “no respondo agravios porque sería caer nuevamente en viejas antinomias que deberían ya ser superadas”, pero no se calló. “Mi accionar fue, es y será de buena fe”, aseguró. El viernes, ante la decisión de Cobos de convocar a la Comisión de Labor Parlamentaria del Senado para tratar al remoción de Martín Redrado del Banco Central, la Presidenta destacó que “es extraño” ver como candidato de la oposición a quien la acompañó en la fórmula y le aconsejó “que aprenda cuál es el rol del vicepresidente”. Kirchner también lo cuestionó ayer en su paso por la localidad balnearia de Santa Teresita.

“La etapa propuesta a partir del 2007 constituía un momento ideal para consolidar el crecimiento, transformándolo en desarrollo, y para darle más institucionalidad a la Argentina. Decíamos en los discursos de campaña que un proyecto de país se lograba articulando políticas estratégicas con todos los sectores de la producción y que se debía lograr una mayor institucionalidad con la participación activa del Congreso”, retrucó Cobos, y agregó: “Esta Concertación buscó articular representaciones políticas y sociales que, superando viejas antinomias, se reconocieran en la construcción de un modelo institucional, político, social y cultural. Yo sigo pensando lo mismo y, por lo tanto, no desanduve ningún camino respecto de este proyecto, como seguramente no lo hicieron Alberto Fernández, Sergio Massa, Alberto Abad, Graciela Ocaña, Martín Lousteau, Carlos Reutemann, Felipe Solá, Marta Oyhanarte”.

Cobos afirmó también que “los argentinos están pidiendo a la clase política que nos ocupemos de sus problemas y es el deseo de los ciudadanos vivir en tranquilidad y armonía. Esa paz social que todos anhelan se logra –entre otras cosas– con respeto a la ley y a las instituciones”.