El activista Pedro Zerolo voló desde Madrid hacia Buenos Aires sólo para seguir el debate del matrimonio igualitario. Vio y escuchó cada uno de los discursos, a favor y en contra, junto con otros militantes. Durante la madrugada de ayer, tras los festejos, llegó a tomar un café en el hotel, bañarse y volvió a salir para asistir a varias reuniones. No llegó a desarmar la cama. “No podía dormir, tenía que ver esto, yo estuve desde el primer momento, hace cinco años, y seguí todo el proceso. Vine porque estaba convencido de que la Argentina iba a ser la primera en aprobarlo y se lo merece. Me siento orgulloso como activista y como latinoamericano”, decía anoche, desde el Aeropuerto de Ezeiza, el dirigente del PSOE oriundo de Venezuela, y ex presidente de la Federación Estatal de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Trans en España.

–¿Por qué estaba tan seguro de la aprobación?

–Yo sabía que este tema iba a llegar al corazón de los argentinos, porque éste es un pueblo con deseos de modernidad, con ganas de avanzar y progresista. Además, porque ya viví todo este proceso cuando se votó a favor en España, en 2005. Todos nos decían que era imposible. Me decían que no iba a haber quórum, que si había los senadores votaban en contra. Yo igual sabía que tenía que venir y vine a disfrutar. Esto fue tan emocionante como ganar el Mundial de fútbol. Argentina acaba de ganar un magnífico partido.

–¿Notó muchas similitudes en los discursos con lo que ocurrió en España?

–Sí, eran similares los argumentos en contra. Eran un calco. Ni allá ni aquí aportan nada nuevo, porque no tienen nada que aportar. Aunque digan que faltaba tiempo, hacía falta debate... eso es mentira, siempre se van a negar a dar un paso adelante. Con esto y con el aborto, la investigación de células madre o la fertilización o las campañas contra el VIH.

–¿Cuál es su apreciación sobre el peso de la militancia local?

–Yo he viajado y trabajado en varios países por el mismo proyecto. Si tuviera que destacar algo, creo que me quedo con el magnífico trabajo de la Falgbt. No tiene parangón con otros lugares por varios motivos: el trabajo y la solidaridad. Fue la clave del éxito. Y la valentía también, además del liderazgo de María Rachid. Recorrieron el país, trabajaron en muchos territorios, hablaron con cada uno de los legisladores: en España bastó con hablar con los jefes de bloque. Consiguieron la mayoría social, política y parlamentaria. ¡Y todo en cinco años!

–¿Cree que tendrá un efecto expansivo esta ley en la región?

–Yo creo que sí. Les hace muy bien a los latinoamericanos que tenían la autoestima en baja, como si los grandes cambios pasaran en otras partes.