EL PAíS › PRIVACIDAD EN LA CAJA E INHIBICIóN DE LOS CELULARES, ENTRE LAS MEDIDAS

Las claves del proyecto

El proyecto votado en Diputados resultó del consenso de tres propuestas. Todas son anteriores al caso Píparo. Las entidades bancarias deberán implementar las medidas en menos de seis meses de la sanción de la ley. Visual de cajas y celulares.

Un sistema de inhibición visual de los movimientos del cliente, el bloqueo de la señal de los celulares y medidas en torno de la seguridad del tesoro bancario conforman el grueso de los artículos del proyecto de ley votado ayer en Diputados. Lo votado resultó de consensuar el presentado por el diputado Gerardo Milman (GEN) con otros dos proyectos de los radicales Jorge Alvarez y Hugo Castañón, preexistentes. El proyecto, designado por el expediente 3306-D-2010, pasó por las comisiones de Finanzas y Seguridad Interior, donde sufrió algunas modificaciones, bajo el nombre de “Medidas mínimas de seguridad bancaria”. Pese a que el proyecto entró en discusión y tomó dimensión pública en agosto, después del caso Píparo, había sido presentado el 14 de mayo pasado. Hoy, el directorio del Banco Central se reunirá para analizar algunas de las medidas a tomar por las entidades bancarias.

En los fundamentos del proyecto se hace mención a los antecedentes, una “Comunicación sobre Medidas Mínimas de Seguridad en Entidades Financieras”, del Banco Central, que incorporó medidas de seguridad en las cajas de atención al público. La medida, hasta el momento, consistía en ordenar un límite para el traspaso del público en espera, lo que habitualmente cualquiera puede encontrar en los bancos, que consiste en una línea imaginaria denotada por un cartel que dice “espere detrás” o indicaciones por el estilo, a veces acompañada por un guardia de seguridad privada. También, a principios del milenio se ordenó elevar los vidrios separadores de las cajas, que eran fácilmente saltados por los asaltantes. Como también ya se había ordenado la reducción del contante y sonante en caja, lo que redujo notablemente los asaltos al mostrador, ya que el riesgo de perder la vida era demasiado alto por una cifra exigua.

Pero lo que no estaba corregida era la protección del público. En uno de sus artículos, el proyecto propone que las cajas de atención al público deberán establecer “un sistema de protección con suficiente nivel de reserva como para que solo permita el encuentro entre el personal de la entidad y el usuario, e impida la observación de terceros”. De ese modo, sostiene el proyecto, la visual sobre el dinero que retira el cliente quedará limitada a una persona, el empleado bancario que la atiende. El proyecto supone que de ese modo la tarea del “marcador” quedará anulada.

Una comunicación previa del Banco Central había ordenado la numeración en reemplazo de la cola bancaria y la distribución del público que espera en un ámbito alejado de la visual directa de la caja. La inhibición visual propuesta por el proyecto se supone que perfeccionará el sistema.

El otro punto a tener en cuenta es la inhibición de la señal de celulares. Los inhibidores son apartados que emiten una onda que bloquea la onda que transcurre del celular a la antena, anulando su señal. Los hay de diferentes tipos, valores y tamaños. El objeto es impedir que una vez detectada la víctima, el marcador utilice su aparato celular para describir alguna vestimenta particular al grupo que se encuentra fuera y que se encargará de arrebatar el dinero.

Ya se mencionó en otras notas que la medida de inhibición, por sí sola, no tiene utilidad, ya que el llamado se podría hacer desde el exterior, aunque ni siquiera haría falta, si el marcador utilizara otro tipo de marcas. De todos modos, con el proyecto de modificar las cajas, la inhibición de los celulares parece una cuestión menor.

Por último, el proyecto ordena determinadas medidas de seguridad para la protección del tesoro, esto es, el tipo de paredes de la bóveda, las alarmas, el cierre de las puertas, las trabas, los pasadores y demás.

En caso de que el Senado la apruebe, apenas sancionada la ley los bancos tendrán seis meses para realizar las modificaciones, mientras que los nuevos edificios bancarios deberán cumplir con las medidas desde su habilitación.

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Aunque los proyectos habían sido presentados antes del ataque a Píparo, la salidera del Banco Santander Río desató la discusión.
Imagen: Télam
 
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