EL PAíS

Pequeño diccionario del peón rural

 Por Pedro Lipcovich

Desflore: Trabajo consistente en retirar las flores de las plantas hembras destinadas a la producción de maíz para semilla. El objetivo es que las plantas sean polinizadas sólo por las plantas macho, lo cual producirá el maíz híbrido requerido: si la flor no es retirada, las plantas hembras se polinizan a sí mismas y dan lugar a maíz común, que no es el buscado para semilla. El desflorado debe hacerse lo antes posible en cuanto aparece la flor, para evitar que la polinización arruine todo el lote de plantas: se trabaja contra el tiempo. Cuando la flor aparece, con riesgo de pérdida del lote, se dice que “apura la flor”.

Cuadrilla: Es la organización que utilizan las empresas semilleras para el desflore. Consiste en un equipo de unos 16 trabajadores. Uno de ellos es el “cabecilla”, hay también un cocinero y los demás son desfloradores. La base del trabajo en cuadrilla consiste en que el comportamiento individual de cada trabajador repercute sobre el resto: si uno o dos no rinden lo que la empresa estime suficiente o efectúan actos que se consideren de indisciplina, la cuadrilla toda sufre una merma en su remuneración o eventualmente es despedida, debiendo volver al lugar de origen sin haber cobrado. Las empresas no asumen compromiso alguno en cuanto a la remuneración ni en cuanto a la duración de la tarea: los trabajadores no cobran por los días en que las condiciones climáticas no permiten la actividad, y deben retirarse sin cobrar cuando el “lote”, la parte del campo a su cargo, no puede seguir operándose por cualquier motivo.

Cabecilla: Es uno de los trabajadores, convocado por el contratista y que a su vez convoca al resto de la cuadrilla. Su función no consiste centralmente en un liderazgo laboral –éste corresponde a los capataces de la empresa semillera, que a su vez reportan a los ingenieros–, sino en contribuir a mantener la disciplina colectiva de la cuadrilla.

Contratista: Persona encargada de reclutar a los trabajadores rurales temporarios para empresas especializadas, como Adeco o Manpower: esta última es la principal y opera a través de su subsidiaria Ruralpower. Estas empresas establecen el vínculo con las semilleras, y a través del contratista se encargan de prohibir la contratación de aquellos trabajadores a los que la semillera les “pone rojo” por actos considerados de indisciplina. Es cierto que, cuando apura la flor, aquel a quien le había sido puesto rojo puede ser de todos modos convocado, dada la gran importancia económica que, en realidad, tiene para estas empresas la labor que realizan estos trabajadores.

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