“Gente herida por todos lados”, “chicos llorando”, “personas atrapadas entre hierros retorcidos”, “saliendo por las ventanas de los vehículos”, “sirenas”, “humo”, “gritos”, “vidrios rotos”, “desesperación”. Los testimonios en primera persona de quienes vivieron ayer la tragedia en Flores, que dejó un saldo de once muertos y más de 200 heridos, inundaron la mañana.

“Venía de Merlo a Once, en el segundo vagón”, relató Hernán, de 36 años, tras salir del Hospital Alvarez. El tren “venía despacio y cuando llegamos a Flores sentimos una frenada muy fuerte, un golpe tremendo que nos arrancó de los asientos y la gente voló”.

“Se apagaron las luces del tren y ahí vino el descontrol y la gente gritando, corriendo de un lado para el otro y las puertas no se abrían, la gente empezó a romper los vidrios para salir, hasta que alguien accionó el mecanismo y se abrieron las puertas”, describió el joven, con la voz cortada. Lo que le queda del accidente “es tierra, humo, gente gritando, rompiendo vidrios y cabezas rotas”. “Había gente herida por todos lados, muchos chicos llorando, mucha desesperación”, continuó Hernán, que se puso a ayudar y presenció cómo la gente “desesperada” buscaba a sus amigos.

Sergio, un joven que iba en el colectivo de la línea 92, describió que fue “terrible” la situación que se produjo y memoró: “Yo iba en el medio del colectivo. No escuché nada y de repente el tren nos impactó”. Al salir del Hospital Piñero relató que, luego de la colisión, vio “personas heridas y muertas dentro del colectivo”. “Gracias a Dios estoy vivo. Sólo me lastimé el pie y ahora tengo que usar muletas”, manifestó.

Por su parte, Daniel, que se encontraba en el primer vagón del tren que chocó contra el colectivo, contó que “había mucho ruido, mucho humo y mucha gente lastimada”. “Hace 13 años que viajo en ese tren y a nadie le importa nada, nadie cuida su vida”, evaluó. “He visto cruzar autos, motos, gente con cochecitos con el bebé adelante con las barreras bajas.”

Otra pasajera, que se identificó como Marga, de 45 años, dijo que viajaba en el primer vagón del tren en camino a su trabajo. Radiografías en la mano, sostuvo: “Fue terrible, un horror, la gente se me cayó encima, yo iba distraída, quedé abajo y después me ayudaron para salir por la ventanilla”.

René, una vecina del lugar que tiene un kiosco a siete metros de donde se produjo el impacto, afirmó que sonó la chicharra del guardabarrera. “No pensé que iban a cruzar.”