EL PAíS

De la sangre vengo

Hay datos en las historias de Juan Cabandié y Victoria Moyano en las que los hombres de la policía aparecen más tarde investidos de instituciones familiares. Juan habló varias veces en su declaración de una supuesta “tía Bety” y Victoria Moyano llamó “tío” a la persona que se la llevó del centro clandestino.

“Creo que la tía Bety era la esposa de (Samuel) Miara”, dice Juan Cabandié. “Yo la conocía como Bety, la tía Bety, me hacían llamarla así. Me acuerdo que uno o dos días después del descubrimiento de mi identidad, un lunes 26 de enero, las Abuelas envían un comunicado de prensa con mi identidad, el nombre de Alicia, pero sin mencionar el nombre ilegal mío para preservarme. Pero en el comunicado mencionaron a Falco. Entonces, un día después, el martes 27 de enero, recibo un llamado de Bety con la que no hablaba desde hacía algunos años y el llamado se correspondía con lo que ya era público. Antes de que avance con el relato de palabras vacías, le pregunté e inmediatamente me pregunta ella si yo sabía que mis viejos iban a ir en cana. Se refería a los apropiadores, creo que yo corté el teléfono directamente.” Miara, en su hipótesis, es la persona que podría haberlo trasladado de la ESMA a las manos de Falco: una persona que aparece investida de lazos sanguíneos luego de haber sido entregador.

Victoria Moyano nació en el Pozo de Banfield. El comisario Omar Penna en algún momento entró en la celda de la madre, antes del parto, para darle vitaminas. Luego se llevó a la niña y se la dio a su hermano Víctor Penna. “Era el supuesto tío mío, es una situación perversa, él mismo me fue a buscar. Después se le murió el hermano y pasó a tener un rol no de padre, pero sí un rol paternal”, dice Victoria.

Compartir: 

Twitter

SUBNOTAS
 
EL PAíS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.