EL PAíS › EL INGRESO AL FUERO PENAL

Por concurso

 Por Irina Hauser

A tono con el clima “democratizador” del sistema de Justicia, la Cámara del Crimen resolvió establecer un sistema de ingreso por concurso al fuero penal. Hasta ahora, como en la mayor parte del Poder Judicial, las designaciones se hacían por lazos familiares, de amistad o intercambio de favores, pero raras veces por la idoneidad de los aspirantes. La modalidad de ingreso por concurso fue uno de los puntos más fuertes de las conclusiones del encuentro de “Justicia legítima”, el movimiento crítico de jueces, fiscales, defensores y empleados judiciales.

Con un empujón de su presidenta, la jueza María Laura Garrigós de Rébori, la Cámara en lo Criminal y Correccional firmó una acordada para que todos los años (entre el 1º de abril y el 31 de mayo) haya un llamado a concurso para ingresar el fuero penal, por los cargos más bajos. Habrá un examen básico, de comprensión de textos, ortografía, redacción, dactilografía y uso de procesador de texto, que corregirá un jurado integrado por un juez de primera instancia y dos secretarios, con puntaje de 1 a 10. En base a las calificaciones habrá un listado, del cual los jueces que lo necesiten podrán seleccionar a sus futuros empleados. Pero la disposición no especifica criterios de selección entre quienes quedan aprobados.

En la resolución del tribunal, quedaron reflejadas ciertas discrepancias entre sus miembros. Cinco de ellos plantearon que no era muy oportuno resolver el sistema de ingreso, porque tenían conocimiento de que la Corte Suprema estaba analizando una modificación reglamentaria. Otros nueve camaristas, sin embargo, plantearon que podían avanzar igual, y así lo hicieron. Lo hicieron siguiendo la línea de iniciativas que se tomaron en otros ámbitos, como la Defensoría General de la Nación, donde ante el primer llamado hubo 6000 inscriptos.

En la Corte estas decisiones han causado dudas y recelo, tal como dejaron entrever ayer en algunos despachos supremos, donde dicen que acuerdan con un sistema de ingreso democrático, pero no tienen claro cuál es la mejor forma de implementarlo. Uno de los temores está centrado, precisamente, en la demanda masiva de trabajo y la capacidad de respuesta del sistema. Otro, por ejemplo, que cualquier modalidad de ingreso por examen puede generar un caudal de impugnaciones que luego hay que procesar. En la Corte también se discute si el ingreso abierto debe aplicarse sólo para los cargos más bajos o para todo el sistema. Por ahora amagan, pero no modificaron el reglamento.

La Cámara también estableció un régimen de subrogancias para el fuero penal, que prevé sorteos entre jueces dispuestos a cubrir esas vacantes de manera transitoria, a lo sumo por seis meses prorrogables por seis más.

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