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Globitos

- Alto bunker. Ya como una costumbre o una cábala, los macristas esperaron los resultados en el Complejo Costa Salguero, el mismo que Macri eligió para casarse con Juliana Awada y que le cuesta a la Ciudad cerca de ocho millones por año por el canon irrisorio que le cobran. Con los habituales carteles multicolores, el galpón tenía sillones blancos adornados con margaritas (amarillas) y un catering que incluyó sánguches de jamón y queso, pollo y ternera, postres helados con frutos del bosque, calzones caprese y otras delicias. Entre los banners de colores, ocho pantallas gigantes LED mostraban imágenes de la elección, mientras una iba publicando los tweets que llevaban el hashtag #JuntosSePuede

- Macanas. Mauricio Macri fue a votar bien temprano, como buen ingeniero. Dentro del cuarto oscuro, usó su celular para sacarse una autofoto. Le tomó su tiempo, porque le costaba encontrar la cámara en el aparato. “Estoy cada vez más pibe”, les dijo a los periodistas, con los que compartió un tradicional desayuno. “Por suerte, esta vez pude entrar”, dijo Gabriela Michetti, a la que la otra vez dejaron afuera de la conferencia. El líder del PRO se acordó del joven fiscal kirchnerista que no le dio la mano en las PASO (esta vez, no estaba). “Esperamos que ahora se porte mejor. Le quiero mandar un mensaje: todos hemos hecho macanas a lo largo de nuestra vida, aun a edades más avanzadas”, sostuvo Macri, que está procesado por presunta asociación ilícita para realizar escuchas ilegales. Por último, deseó que la elección saliera bien: “Esperemos que no nos apliquen ningún correctivo”, bromeó.

- River. Michetti fue a votar al Colegio San José, en Balvanera. Entró al patio adornado con enredaderas y con un piso de baldosas blancas y negras acompañada de un enjambre de cámaras y flashes. Diego Santilli, Sergio Bergman y Guillermo Montenegro le tuvieron que hacer de guardaespaldas. A la salida, una pareja les gritó. “¡Limpiá la ciudad, Santilli!”, le dijo él, de camisa cuadrillé y morral. “¡Dejá de privatizar la educación!”, se sumó ella, de rojo, mientras sonreía. En cambio, otra señora de negro, más ofuscada, le dijo a Santilli: “¡En la ciudad estamos como River!”.

- Flash dance. Con remeras que decían “Love not dead”, entre otras frases, el grupo Flashmob se llevó todas las miradas de los macristas cuando hicieron su coreografía para amenizar la espera. Fue una de las novedades del bunker 2013 del PRO. Se trata del mismo grupo que participó de una inauguración de la gestión PRO: la peatonalización del microcentro, que inauguraron a toda pompa.

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