EL PAíS › LA FELICIDAD DE HORTENSIA ARDURA

La otra abuela

“Tengo preparado todo mi cariño, porque tengo ganas de abrazarlo, de tenerlo conmigo”, expresó Hortensia Ardura, la abuela paterna de Guido Montoya Carlotto, el nieto recuperado 114 y nieto también de Estela de Carlotto. Ardura señaló que el hallazgo de su nieto –en rigor, su acercamiento a hacerse el examen de ADN– es “una reparación para la Argentina y un derecho propio después de tantos años de sufrimiento”.

Hortensia Ardura es madre de Walmir Oscar Montoya, el militante que fue pareja de Laura Carlotto mientras ambos se encontraban en la clandestinidad durante la dictadura. Ella fue secuestrada y asesinada luego de dar a luz en el centro clandestino de detención La Cacha. Montoya también fue desaparecido y sus restos fueron identificados en 2009 por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Su ADN fue el que permitió establecer la filiación de Guido Montoya Carlotto. Hortensia, así como la mayor parte de la familia de Montoya, reside en Caleta Olivia.

La abuela paterna de Guido tiene 90 años, un hijo llamado Jorge, dos nietas y un bisnieto. Fue maestra, al igual que la abuela materna de Guido, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

“Es una reparación para la Argentina, para nuestra patria que sufrió tanto con estos malditos militares. Que Dios me perdone, pero me han hecho sufrir tanto que no los puedo perdonar”, sostuvo la abuela paterna. Según relató, su hijo recibió anteayer la llamada de la titular de la Conadi, Claudia Carlotto, quien le confirmó que el nieto restituido número 114 era efectivamente hijo de Walmir Oscar, que nació en la localidad de Cañadón Seco, provincia de Santa Cruz, donde era conocido con el apodo de “Puñito”.

Hortensia confesó que recibió la noticia con “una alegría inmensa y un llanto incontenible” y que “no la esperaba” aunque sabía que su nieto existía. “No veo la hora de conocerlo, de tenerlo cerca, de abrazarlo y de saber que es mi nieto, es lo más querido, aunque sé que le va a llevar tiempo recomponer su historia”, indicó Hortensia. “Toda la familia está enloquecida con la llegada de este nieto, sé que algún día nos vamos a encontrar porque él va a querer conocer la historia de su padre”, afirmó.

La abuela paterna sostuvo que, al ver las fotos de su nieto, le pareció volver a ver a su hijo, porque “es el calco de su padre”. “Estoy muy emocionada, muy alegre, muy feliz de poder ver a mi nieto; es el calco de su padre, es igualito, igualito, no puede negar que es hijo de mi hijo, no puede negar que es mi nieto”, dijo.

Le consultaron cuándo pensaba que podría encontrarse finalmente con su nieto, para poder conocerlo. “Es un proceso muy largo que tiene que hacer él hasta que tenga su verdadera identidad, por lo que hay que tener paciencia y esperar”, señaló ella, con templanza. Hortensia consideró que “buscando los restos” de su hijo “fue que se pudo llegar a lo que se llegó”, por la recuperación de su nieto a partir del examen de ADN en comparación con el de su padre, que luego se complementó con exámenes comparativos con la familia paterna.

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