Sin matices, la oposición calificó de “delirante” la denuncia de la presidenta Cristina Kirchner sobre las operaciones de sectores concentrados para “voltear al Gobierno con ayuda extranjera”. Del massismo al Frente Amplio Unen, pasando por el peronismo disidente, los dirigentes opositores aseguraron que la mandataria “inventa enemigos”, y opinaron que el objetivo real fue “tapar” la impotencia del Gobierno ante “la inflación y el desempleo”.

Combinando el argumento del delirio con el de la cortina de humo, Elisa Carrió aseguró que la Presidenta “está absolutamente fuera del contexto de la realidad; ha subido una escalera ficcional que la llevó a ver al Papa, después a las Naciones Unidas y ha bajado a la Argentina, donde ha visto una realidad que no resiste”. La titular de la Coalición Cívica sostuvo que la mandataria “está inventando conspiraciones frente a su impotencia personal como gobernante” y que el mayor efecto desestabilizador en la Argentina es la “inflación”.

Un tópico de las críticas opositoras fue parangonar a Fernández de Kirchner con el presidente venezolano Nicolás Maduro. En esta línea, Carrió dijo que la mandataria Fernández de Kirchner está en una “etapa más parecida a la de Maduro que a la de (Hugo) Chávez”. En la misma línea, la diputada nacional por Unión PRO Laura Alonso anticipó que hasta las próximas elecciones, “va a venir cada vez más delirio al estilo de Maduro”.

Entre los que se sumaron a esta comparación estuvo el ex gobernador Eduardo Duhalde. El bonaerense acusó a la Presidenta de seguir “la política de Venezuela” y advirtió que la “teoría del complot” le produce “cierta inflamación testicular”.

Consultado por una radio porteña, Duhalde dijo que las maniobras de los grupos concentrados son algo que “siempre existieron, y el tema es cómo enfrenta el problema. Ahí falla”. Más adelante, agregó que él en lo personal está “curado de espanto” porque la Presidenta lo “vive metiendo en advertencias destituyentes”, y puso como ejemplo que “la última fue la posibilidad de estallido social a fin de año”. “La teoría del complot la manejaron permanentemente, en mi caso 17 veces”, sostuvo Duhalde, para concluir con lo de que el tema le provoca “cierta inflamación testicular”. Estas declaraciones fueron replicadas por la Presidenta en su cuenta de Twitter (ver aparte).

Desde el massismo, el jefe del bloque de Diputados del Frente Renovador, Darío Giustozzi, opinó que la denuncia tuvo el objetivo de “disimular los errores propios”, porque “el Gobierno no acierta una en materia económica”. “Empiezan a buscar una cantidad de enemigos y falta que en cualquier momento empiecen a anunciar que estamos en riesgo de una invasión alienígena que quiere complotar contra el Gobierno”, comentó el massista.

El senador radical y precandidato presidencial por el Frente Amplio Unen, Ernesto Sanz, reclamó a Fernández de Kirchner que “deje de alucinar conspiraciones y salga a la calle”. En este marco, aseguró que “la inflación, la economía y el desempleo son consecuencias” de la política implementada por el Ejecutivo nacional.

También habló el moyanista Gerónimo Venegas, titular del sindicato de Peones Rurales, que ironizó sobre el pedido de la Presidenta de que se mire “hacia el Norte” si le pasaba algo, para replicar: “Que miren a la Casa Rosada si me pasa algo a mí”.

Julio Cobos, que había sido la misma noche del discurso el primero en salir a criticarlo, agregó una nueva repercusión. El ex vicepresidente sostuvo que la mandataria “está buscando chivos expiatorios” porque “las medidas que tiene que tomar no las toma”. Cobos rechazó las acusaciones presidenciales sobre la “ayuda extranjera” para desestabilizar el Gobierno. “Argentina no es una amenaza para el mundo, ni el mundo es una amenaza para Argentina”, replicó.