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El Pelusa y las barras

Por E.T. y F.Y.

- ¿Quién es ese muchacho? Nadie sabe bien si su apellido es Castro u Ortega. Todos los senadores lo conocen como “Pelusa”. No trabaja en el Congreso pero se hizo conocido cuando apareció en los videos que se emitieron en la Comisión de Asuntos Constitucionales. Ese 2 de marzo Pelusa estuvo en la quema de cubiertas frente a una de las escuelas catamarqueñas, condujo la movilización de festejo luego de la suspensión de los comicios y gritó frente a las cámaras su devoción por Barrionuevo. Ayer llegó al recinto para acompañar a su jefe político. Intentó ingresar sin éxito al hemiciclo y luego descubrió el palco de periodistas. Allí mostró credenciales de prensa y se acomodó. Estuvo así hasta que Raúl Baglini lo descubrió. El mendocino denunció su presencia obligando al presidente del cuerpo, José Luis Gioja, a ordenar el retiro de Pelusa.
- Exceso de celo. Como después del 20 de diciembre de 2001, la Cámara estuvo cercada por vallas y un gran operativo de seguridad para que las barras que apoyaban a Barrionuevo no chocaran con los militantes de organizaciones no gubernamentales que exigían la exclusión del catamarqueño. No se produjo el cruce, pero la policía se encargó de provocar disturbios cuando al ritmo de los bastonazos convenció a los militantes de las ONG y a varios camarógrafos, que terminaron con sus rostros ensangrentados, que debían dejar de protestar.
- Exceso de celo II. El operativo de seguridad se repitió en el interior del edificio. Los empleados de seguridad exigían credenciales a todo el mundo, sacaban del recinto con cara de pocos amigos incluso a los asesores de los senadores. La actitud preocupó a varios de los legisladores. La frentegrandista Vilma Ibarra comentó ante varios de sus colegas que se trataba de una verdadera “demostración de poder. Nunca hubo tanta seguridad, ni cuando se realizaron las asambleas legislativas del 2001”.
- Un reto a tiempo. El radical jujeño Gerardo Morales desarrolló un extenso discurso a favor de la exclusión de Barrionuevo. Aseguró que el catamarqueño provocó los desmanes y lo calificó de “mentiroso” mientras miraba fijo al gastronómico. Barrionuevo no dejó de devolverle una sonrisa y hasta una tenue carcajada. Así estuvo hasta que la sanjuanina Nélida Martín giró su banca y en voz baja pero con inocultables ademanes retó al catamarqueño. Barrionuevo sorprendió a propios y extraños cuando acató el llamado a orden y se mantuvo serio hasta el final del discurso de Morales.
- Contrapunto en sordina. Las bandejas estuvieron colmadas por adeptos a Barrionuevo y voluntarios de Poder Ciudadano que se miraron con recelo y nada más. Ambos compitieron con pequeños “operativos” mediáticos. La ONG repartió a los senadores que defienden a Barrionuevo un “kit de incendiario” con un cartón y un encendedor para que “terminen con la obra que comenzó” el catamarqueño. Los acólitos del gastronómico respondieron con fotocopias a todo color de las tapas y las notas de las revistas Veintitrés y Noticias donde se describen “las maniobras” del titular de la ONG, Luis Moreno Ocampo.

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