EL PAíS › EL DEBATE QUE ORIGINó FAYT

Un marco de control

María Laura Garrigós de Rébori, titular de la Cámara de Casación y referente de la agrupación Justicia Legítima, consideró que los jueces deberían hacer un “control psicofísico periódico” y que tendría que haber “algún marco de control” para la actividad de los magistrados. Ninguno de los jueces tiene un control de ese tipo, o de su nivel de rendimiento”, analizó la magistrada, en alusión a la polémica desatada por la salud del ministro de la Corte Suprema, Carlos Fayt.

“En cualquier empleo hay algún tipo de control sobre las capacidades laborales de las personas y en el caso de los legisladores y miembros del Poder Ejecutivo las reelecciones periódicas revalidan su condición para el cargo”, agregó. A su criterio, “nadie que no esté en condiciones psicofísicas se presenta para su reelección, los jueces tenemos una función vitalicia, salvo mal desempeño, no nos mueve nadie ni controla nadie”. Por ese motivo, Garrigós apuntó que “el control sobre los jueces debería llevarlo el Consejo de la Magistratura pero sobre la Corte no, en todo caso debería ser la Legislatura como en el juicio político, habría que pensar en algún tipo de mecanismo de control”.

Por su parte, Roberto Carlés, candidato a miembro de la Corte Suprema por el Poder Ejecutivo, analizó que “si hacemos un psicofísico para manejar un auto no sería descabellado exigir lo mismo para la Corte, es evidente que nuestra Corte está incompleta con la muerte de la doctora (Carmen) Argibay, de (Enrique) Petracchi y la renuncia del doctor (Eugenio) Zaffaroni”. Asimismo, consideró que de esta forma el máximo tribunal del país “queda con menos integrantes de lo que establece la ley”, lo cual “está empezando a plantear inconvenientes”. En particular sobre la permanencia del juez Carlos Fayt manifestó que “no hay precedentes en nuestra historia” al punto que se ha desatado un “debate sobre si ejercer el cargo sin estar en condiciones implica la causal de mal desempeño y merece juicio político”.

En tanto, el fiscal Jorge Auat, titular de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, dijo que “la sociedad debe saber cuál es la razón que motivó el apuro en la re-reelección de (Ricardo) Lorenzetti” como presidente de la Corte Suprema de Justicia. “Yo creo que hay un problema de política institucional grave, que tiene un marco mucho más global, es un problema ético de moral e higiene republicana”. El funcionario se preguntó “hasta dónde esta permanencia en el cargo durante tantos años no compromete seriamente algunos principios casi dogmáticos”. Y concluyó que “los jueces de la Corte debieron explicar por qué decidieron anticipar la elección del presidente” porque si no “se instalan la suspicacia y la sospecha”.

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