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–¿Cuáles son los temas centrales de su agenda en caso de llegar al poder?
–Muchísimos: la reforma tributaria, la refundación y funcionamiento del sistema financiero, las políticas sociales y de salud... pero hay uno que tengo que resolver a fin de año y estoy trabajando con Lavagna, que es el tema de la deuda externa.
–¿Con qué objetivo?
–La Argentina tiene 180 mil millones de dólares de deuda, 30 mil millones con los organismos multilaterales, 150 mil millones en acciones y títulos que en el mercado valen un 22 por ciento, y que algunos grupos económicos, cuando la crisis estaba más grave, compraron al 10 por ciento. Yo creo que si la Argentina no trabaja sobre la reprogramación de deuda y la quita de intereses no tiene destino.
–¿Nada de lo que hicieron otros gobiernos en la materia sirvió?
–Cuando Cavallo hizo el Plan Brady, en el año ‘92, hizo una reprogramación de deuda por 10 años pensando en la coyuntura de ese gobierno, tanto que cuando después es ministro de De la Rúa hace el megacanje porque sabía que venían todos los vencimientos en el 2001 y 2002. Nosotros tenemos que conversar seriamente el tema de la quita de deuda y obviamente la quita de intereses. Yo escuchaba ayer que el ex presidente, el viejo fantasma, decía que iba a bajar el IVA al 13 por ciento y también las retenciones petroleras. Pero es puro discurso de campaña. Cada punto de IVA, son 1100 millones de pesos, 8 puntos son 8800 millones de pesos. Las retenciones petroleras son 600 millones de dólares, estamos casi en 10.600 millones. La Argentina para poder funcionar necesita 5500 millones de recaudación por mes y está recaudando 4580 millones. Si ustedes le ponen un promedio de mil millones que se bajarían del sistema impositivo prácticamente de un día para el otro, nos faltarían 2 mil y la Argentina explotaría. Es, insisto, una propuesta que está hecha solamente en el marco de la campaña electoral.