Vuelve la teoría del comando iraní-venezolano-cubano. Los abogados Juan Pablo Vigliero, Federico Casal y Manuel Romero Victorica, que representan a las hijas de Alberto Nisman a través de su ex mujer, la jueza Sandra Arroyo Salgado, pidieron que “se libre oficio a la embajada de Cuba en Buenos Aires a los efectos de que informe si el efectivo de la Policía Federal Rubén Benítez prestó servicios de custodia a esa representación diplomática”. Benítez fue custodio del fiscal fallecido.

En un escrito donde se pide que Palmaghini asuma la pesquisa en lugar de Fein, los abogados querellantes quieren establecer alguna relación entre la muerte del fiscal y el hecho de que uno de sus custodios habría realizado esa misma tarea en la embajada de Cuba. Benítez mismo habría declarado que tuvo ese destino.

En el escrito, los abogados querellantes pidieron también que se cite como testigo a un secretario de la UFI AMIA, Armando Antao Cortez, quien atendió al técnico informático Diego Lagomarsino cuando éste llamó por teléfono y contó que le prestó su arma al fiscal antes del deceso.

Esto ocurrió en la madrugada del 19 de enero pasado, un día después de que Nisman apareciera muerto de un balazo en el baño de su departamento en Puerto Madero.

Además se pidió que declare otro empleado, Walter Vargas, que según la causa estuvo la noche del hallazgo del cuerpo en el lugar y manifestó preocupación por el “resguardo” de documentos que habría en el departamento. Otras declaraciones solicitadas por los representantes de Arroyo Salgado son las de los primeros médicos que vieron el cuerpo del fiscal en el lugar del hecho. Por último, reclamaron la comparecencia como testigo del periodista Roberto Navarro, porque “el domingo 18 de enero a las 21.37 refirió tener información de que el fiscal Nisman no iría al Congreso el día lunes 20, tal como era de público conocimiento, ello una hora antes de que se lo encontrase sin vida en su departamento”, según el escrito.