EL PAíS › LA EVALUACION DE LAS PRIMERAS MEDIDAS DE GOBIERNO

“Nos están desuniendo cada vez más”

 Por Victoria Ginzberg

El gobierno de Mauricio Macri parece haber elegido a Estela de Carlotto como principal interlocutora y mediadora entre los organismos de derechos humanos. A ella fue dirigida la carta en la que el Presidente se excusaba de recibir al conjunto de organizaciones que le habían pedido una entrevista con el argumento de que “no tenía tiempo”. Y a ella la llamó el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, para anunciarle que Macri había decidido recibirlos. Es que la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo es diplomática y nunca levanta la voz. Pero eso no significa que se guarde las críticas y que no sea dura cuando considera que la situación lo amerita. Al repasar el encuentro con Macri, pero, sobre todo, al evaluar las medidas de Gobierno y el discurso ante la Asamblea Legislativa, los reproches son muchos: los despidos, el protocolo para las protestas y hasta un desaire en la reunión, cuando el Presidente se levantó y se fue sin avisar. Señala que el mensaje del 1 de marzo fue “rencoroso” y “mentiroso”. “Dicen que había un país destruido, las oficinas rotas, las computadoras no sé qué. Yo entonces viví en otro país. Yo vi que se podían hacer casas, se podía cambiar el auto, se podían ir de vacaciones y los negocios marchaban, se nacionalizó YPF, Aerolíneas, se recuperó el patrimonio, se pagó la deuda”, enumera. Y concluye: “Nos están desuniendo cada vez más”.

–¿Qué quedó de la reunión con Macri? ¿Cuál es su evaluación?

–Hay que recordar que los organismos de derechos humanos le pedimos una audiencia a Macri para tratar temas fundamentales. Uno de ellos era que nos contara cuál era el proyecto de derechos humanos en su gestión. También queríamos hablar de los despidos y otras cosas. La respuesta fue a mi persona e hiriente, realmente, porque fue que no tenía tiempo y que en lo sucesivo debíamos dirigirnos a la Secretaría de Derechos Humanos, calle tal, con un número equivocado, etc. Fue muy feo. Nosotros hicimos la crítica y después vino la propuesta de ir a hablar con Marcos Peña. Los organismos que estamos juntos en esto lo evaluamos y decidimos ir. Le llevamos un documento que discutimos. Estaba también el ministro de Justicia (Germán Garavano) y (el secretario de Derechos Humanos, Claudio) Avruj. Después vino la oferta de una reunión con Macri. También lo evaluamos y decidimos ir, porque el objetivo era hablar con él. La reunión fue en la Quinta de Olivos, menos protocolar que la Casa de Gobierno. Estaba con su gabinete. Nosotros fuimos Madres línea fundadora, Abuelas, Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, HIJOS y el CELS. Llevamos el mismo documento ampliado, con temas nuevos.

–¿Qué impresión le dejó?

–Nunca lo había visto así, de cerca. Nos dio la mano muy fríamente a todos con una cara muy seria. Nosotros también estábamos bastante tensos. A mí me tocó estar al lado, así que empecé el diálogo. A mí me sale a veces como una ironía, que puede llamar a la risa y distender o, a veces, otra cosa. Le dije “muchas gracias por recibirnos, es la primera vez que nos podemos dar la mano, no le he dado la mano antes” y él me contestó: “Sí, en una embajada”. Así que le dije “cómo se acuerda, pero después nunca y en tantos años de gobierno”. Y ahí él dice: “Bueno, después de Cromañón usted lo estaba defendiendo a Aníbal Ibarra”. Yo me quedé dura, pensé en seguirle la discusión contestando “¿cómo, usted gobierna para el que le da la razón y al que le discute no? Tiene que gobernar para todos y aceptar las diferencias”. Pero no le dije nada porque veníamos para otra cosa. La reunión se fue desarrollando y cada uno habló.

–¿Qué le dijeron sobre Milagro Sala?

–Le dijimos que la consideramos una presa política. La barrabasada que dijeron es que la habían visitado en la cárcel y que estaba muy bien. Fue violento. ¿Cómo se puede decir que está muy bien una mujer presa? Siempre se está mal estando presa. Lo que pasa es que es una mujer fuerte, valiente, aguerrida y no la van a dominar.

–¿Es cierto que se molestó por esa pregunta y se levantó y se fue y después volvió?

–No, se fue en un momento en el que aparentemente no había motivo para que se levantara. Estábamos hablando de otra cosa y sin decir “perdón, tengo algo que hacer, ya vuelvo, señoras” porque había mujeres... viejas. No dijo nada, miró así (para abajo) se levantó y se fue. A mí me vino la imagen de lo que hizo en Davos, cuando se fue porque un periodista le preguntó algo que le molestaba de Milagro Sala. Pero acá no fue por lo de Milagro Sala, sobre eso dijo que él no era responsable porque era un tema de la provincia y en el que estaba actuando la justicia. Le dijimos que estaba actuando mal. Carlos Pisoni (de HIJOS) le dijo que él (Macri) había estado procesado y había podido asumir, que no estuvo preso. Que (Federico) Sturzenegger está procesado y no está preso. La justicia es de una forma para uno y de otra forma para otros.

–¿Y qué dijo?

–No dijo nada. Poco comunicativo. De todas formas no hubo ninguna discusión brava ni desagradable, hablamos todo lo que queríamos hablar. Avruj es un hombre más cálido y Abuelas tenemos buena relación con él hasta ahora.

–También le hablaron del protocolo de Seguridad.

–Le dijimos que el protocolo es inconstitucional, que había que buscar otras formas. El dijo: “Bueno, pero son rutas nacionales y la gente tiene derecho a transitar”. Pero ante un derecho y otros, ante el hambre de la gente, la desocupación y las necesidades básicas y que alguien pueda usar el asfalto...

–¿Y ahí quedó?

–Sí. Lo que me queda a mí de la reunión es que cuando llegamos tenía una cara y cuando nos fuimos tenía otra, más humana, con un gesto más simpático y no nos dio la mano, nos dio un beso.

–Parece como si se hubiera sacado un peso de encima.

–No sé qué pensaba él que le íbamos a decir, a lo mejor cosas más grosas. Se la bancó, pero no es una persona que desarrolle un tema.

–¿Y les quedó claro cuál es el proyecto de derechos humanos del gobierno?

–Eso ya quedó en el pasado, si lo estamos viendo: está haciendo todas cosas malas.

–¿Cuáles?

–Los despidos, las represiones, las designaciones de gente inepta. Le dije que estaba sacando gente buena, que sabe trabajar, que tiene experiencia y no tiene nada de ñoqui y ponen gente inexperta que no sabe qué hacer.

–¿Se refería a algún caso en particular?

–Al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, dónde están cerrando espacios dedicados a dar respuestas a necesidades.

–¿Como el Centro Ulloa (de ayuda las víctimas y testigos en casos de crímenes de lesa humanidad, violencia institucional, entre otros)?

–Se habló de Ulloa también. Dijeron estaban conformes con lo que se hacía.

–Sobre los juicios ¿tiene tranquilidad?

–Dijo que iban a seguir.

–¿Con acompañamiento del Estado, con abogados?

–Sí.

–¿Cree que Macri los recibió porque venía el presidente francés que se iba a entrevistar con ustedes y quedaba mal que él les hubiera negado una reunión?

–Son especulaciones. No puedo afirmarlo, no me consta. Si es una estrategia de él, puede ser válida.

–A 40 años del golpe ¿qué está pendiente?

–Todavía esta democracia está floja. Si bien es la más larga de la historia, todavía hay cosas que faltan. Respecto a los derechos humanos que fueron violentados durante el terrorismo de Estado, faltan encontrar centenares de nietos, la respuesta de dónde están los restos. Las reparaciones se han hecho, sobre todo con Néstor y Cristina (Kirchner). Reparaciones económicas, reparaciones morales, homenajes, reconocimientos, lugares de memoria convertidos en sitios de recordación... todo esto está y hay que mantenerlo y sostenerlo. Hay también otro punto, que es la violación de los derechos sociales: el trabajo, la vivienda, la salud. Se estaba en un bajísimo porcentaje de desocupación y ahora hay despidos. Y por lo que estoy escuchando, hay también nuevos pobres. Los tres puntos de eslogan que han usado: pobreza cero, lucha contra el narcotráfico y la unidad de los argentinos... ¿qué evaluación hacemos? La pobreza aumentó, el narcotráfico sigue, no veo ningún acto sobresaliente, al contrario, el papelón de los fugados. Y la ley de represión de las protestas que es un atraso. Y la unidad de los argentinos... nos están desuniendo cada vez más. El Presidente y su gabinete en vez de hablar de lo que van a hacer, hablan de lo que dicen que encontraron. Dicen que había un país destruido, las oficinas rotas, las computadoras no sé qué. Yo entonces viví en otro país. Yo vi que se podían hacer casas, se podía cambiar el auto, se podían ir de vacaciones y los negocios marchaban, se nacionalizó YPF, Aerolíneas, se recuperó el patrimonio, se pagó la deuda externa.

–¿Le pareció desafortunado el discurso del Congreso?

–Totalmente. Rencoroso, mentiroso. No dijo la verdad. No encontraron el país así. Tiene que decir eso para meter miedo. ¿Dónde está la unidad de los argentinos? Hay un parámetro del nivel de aceptación de Macri y son los taxistas. Muchas personas que viajan en taxi de esta casa que antes discutían porque hablaban mal de Cristina ahora ven que hablan pestes de Macri. Nosotros no queremos voltear un gobierno, sino fortalecerlo, para que no cometa errores, para que se abra, porque esto no es una empresa, es un país. Parece que todo lo que no produce pesos no sirve. Queremos tener un país en el que la gente disfrute, sonría, la cultura avance. No se puede destruir todo en tres meses, todos los días avanzan con algo.

–¿Al Gobierno se lo imaginaba así, mejor, peor?

–El ya había anunciado mucho de lo que está haciendo, negociar con los buitres... pero los despidos, en los que tratan a la gente como si fueran peones de estancia del 1800. No dejan entrar a los despachos y ponen un policía armado. Me da pena la gente joven que lo acompaña. No lo digo por maldad, sino por querer ayudar.

–¿En este contexto se imaginan manteniendo un diálogo?

–Con el Presidente no quedamos en otras reuniones. Con el jefe de Gobierno (Horacio Rodríguez Larreta) sí. Creo que si Macri razona y nos escucha debería llamarnos y explicarnos. No tiene que poner en práctica eso de “no hablo con usted porque defendió a Aníbal Ibarra”. Tiene que explicarnos las cosas. Sacaron el canal Telesur, por ejemplo. ¿Por qué?

–Entiendo que sacarlo de la grilla de Cablevisión fue una decisión del Grupo Clarín.

–¿Por qué va a privar a la población de ver ese canal latinoamericano que informa cosas que otros canales no informan? ¿Qué miedo tiene? ¿Que sepamos? Hoy en día con Internet se sabe todo. La historia no se borra. Como la historia de los desaparecidos.

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