En la sociedad argentina se pueden detectar dos segmentos antitéticos desde el punto de vista ideológico y un tercero que, con menor intensidad ideológica y más pragmatismo, se ubica entre ambos. “Hacia mediados de abril, un 48,2 por ciento se autodefine como opositor, un 35,2 por ciento como oficialista y un 16,6 por ciento como independiente –analiza Bacman–. Esta segmentación cambió bastante en estos últimos tres meses. Si se compara con lo obtenido a fin de año, el segmento oficialista perdió alrededor de 10 puntos porcentuales: de 45 a 35 por ciento. Además, si se mira hacia el interior de este segmento de oficialistas es posible detectar que apenas un 15,5 por ciento constituye su núcleo duro; son los que en definitiva aprueban a rajatabla la totalidad de lo actuado por la gestión de Macri. En cambio, la mayor parte, un 19,7, son los podríamos definir como periféricos que muestran un pensamiento más crítico”.

El segmento de los opositores viene en franco crecimiento. Con relación a diciembre trepó casi diez puntos, de 38,7 a 48,2 por ciento. En su núcleo duro habitan los simpatizantes kirchneristas, que por estos tiempos representan el 25,7 por ciento de la sociedad. El resto de los opositores, 21,5 por ciento, está compuesto fundamentalmente por peronistas no K.

En el medio de ambos segmentos transitan los pragmáticos independientes. No se autodefinen como kirchneristas ni antikirchneristas, ni macristas ni antimacristas. Frente al gobierno nacional expresan una mirada crítica, que aprueba ciertos temas y rechaza otros. Este es el grupo de la sociedad donde en mayor medida ha penetrado el massismo.