EL PAíS › EL FMI ACEPTO QUE SE POSTERGUE LA NUEVA LEY DE COPARTICIPACION

A los gobernadores no les fue nada mal

“Le pedimos como gobernadores, todos y sin distinción de banderías políticas, que tengan en cuenta que la Argentina necesita crecer para mejorar sus asuntos internos.” Ya la había escuchado el lunes, en su reunión con las entidades intermedias, y ayer escuchó el mismo reclamo de un grupo de gobernadores que incluía a peronistas y radicales. La coincidencia no sorprendió al alemán Horst Köhler, quien –al menos en el discurso– se mostró mucho menos intransigente que en los tiempos en que gobernaba Eduardo Duhalde. Por caso, se mostró dispuesto a aceptar los pedidos de Felipe Solá (Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Roberto Iglesias (Mendoza), José Luis Lizurume (Chubut) y el vicegobernador electo de Córdoba, Juan Carlos Schiaretti. Entre otras demandas, el titular del FMI aceptó que la sanción de una nueva ley de coparticipación se postergue hasta diciembre, para que asuman los gobernadores electos este año.
Desde que la convertibilidad comenzó a quebrarse, las provincias estuvieron bajo la lupa del FMI, que las acusaba de estar excedidas en el gasto y de no reponer nada vía cobro de impuestos. También quería imponer cambios en el reparto de los ingresos de la Nación, que se hace a través de la coparticipación. Esos cambios, que la Constitución aprobada en 1994 preveía para fines de 1996, están pendientes desde entonces, por lo que era esperable que el tema ocupara el centro de la reunión de Köhler y los gobernadores. Así sucedió, y los jefes provinciales pudieron hacer prevalecer su pedido de que el tema pasara a diciembre. Por lo tanto, se decidió mantener el esquema de coparticipación vigente, el Programa de Financiamiento Ordenado (PFO) acordado entre Nación y provincias durante la gestión duhaldista.
“Le explicamos (a Köhler) que contemple que es imposible sancionar una nueva ley de coparticipación en un año donde se renuevan los mandatos de los gobernadores”, informó Solá al finalizar la reunión en conferencia de prensa. En este tema, el bonaerense es protagonista principal porque pretende recuperar varios puntos de coparticipación a los que la provincia renunció durante el gobierno del radical Alejandro Armendáriz. Hace tiempo que empezó a reclamar por ese tema, y el lunes lo volvió a plantear ante el Presidente, con quien estuvo reunido durante una hora. “No es un reclamo a Kirchner, es un reclamo al sistema”, aseguró ayer a Página/12 uno de sus colaboradores. Sin embargo, como los cambios implican modificar el reparto de ingresos entre las provincias –si Buenos Aires recibe más alguna deberá recibir menos–, la discusión se postergará hasta que se defina el nuevo mapa político de los 23 distritos.
La reunión de los gobernadores con Köhler se realizó en el Salón de los Cuadros del Ministerio de Economía. Por el Fondo, además del alemán, estaba el director del Departamento para el Hemisferio Occidental, el ya famoso Anoop Singh, a quien los gobernadores recuerdan –y odian, aunque no se animen a admitirlo en público– de la transición posterior a la caída de Fernando de la Rúa. También estaban otros dos asiduos visitantes de la Argentina, John Thornton y John Dodsworth, quien ya se estableció en el país. Primero los miembros del FMI quisieron escuchar una opinión sobre las primeras medidas de la gestión de Kirchner. “Habiendo gobernadores de distintos signos, hubo un apoyo importante al gobierno de Kirchner”, contó a Página/12 un estrecho colaborador de uno de los mandatarios.
La conversación transitó por distintos temas, como el rescate de las cuasimonedas, como el patacón, que fue elogiado por Singh. Köhler indagó también sobre las características y aplicación del Plan Jefas y Jefes de Hogar, al que elogió pero propuso ir eliminando gradualmente en el futuro para que “los recursos del presupuesto se puedan usar para la reactivación económica”. Allí reveló que, para el FMI, el mantenimiento de los planes sociales podría interferir en la ejecución de obra pública, lo que permite concluir que para el organismo hay otro gasto, el pago de intereses de deuda, que no se debería tocar. Köhler también insistió con que “es imprescindible una política de recaudación fuerte” e instó a lasprovincias a aumentar los ingresos por esa vía, una medida imprescindible si el Estado quiere gastar, ya sea para reactivar o para pagar deudas.

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