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El alto ausentismo ayudó a Macri contra Ibarra

Aunque la diferencia final entre los candidatos se aproxima a los pronósticos, las encuestadoras evalúan que el alto nivel de ausentismo y hechos de los últimos días determinaron que el caudal electoral de Ibarra fuera menor del que habían detectado.

 Por Raúl Kollmann

Buena parte de los encuestadores respiraron aliviados cuando la diferencia entre Mauricio Macri y Aníbal Ibarra se estrechó a 3,3 puntos. Casi todos habían pronosticado una situación de empate y el margen de 3,3 entra –según afirman los sociólogos– dentro de lo que podría llamarse un cuadro de paridad. Aun así, algunos apuntaron autocríticamente a varios hechos que no previeron y que hicieron que sus encuestas estuvieran a varios puntos del final. Lo más trascendental es que se registró un record de ausentismo: concurrió sólo el 68 por ciento de los porteños, diez puntos menos que en la elección presidencial del 27 de abril. El segundo elemento es que casi todos pronosticaron con precisión la cantidad de votos de Macri, pero el error estuvo con Aníbal Ibarra, quien obtuvo entre tres y cuatro puntos menos. Esto significa que no hubo voto oculto a Macri y que algunos factores influyeron a la hora final perjudicando a Ibarra.
Estos son los fenómenos que ayer evaluaban los encuestadores:
- El asombroso ausentismo. No concurrió a votar el 32 por ciento de los porteños, cuando en la elección del 27 de abril los que no asistieron fueron el 23 por ciento. Es cierto que las peleas por la presidencia concentran más atención, pero el ausentismo del domingo es el mayor de la historia electoral reciente. La evaluación indica que las campañas no lograron atraer a los votantes y, por otra parte, es cierto que el ciudadano le ha perdido el miedo a no votar. El voto obligatorio pasó a ser un slogan, ya que la multa es de 50 australes y desde hace tiempo el Estado desistió castigar al que no concurre a las urnas. Por ejemplo, ya no hay trabas en ningún trámite para el que no tiene sellado el DNI. El ausentismo electoral tiende a ser mayor en la clase media y media alta, y suele ser bajo entre la gente de menores recursos. Eso ayudó a Macri, que tuvo más votos en el sur de la ciudad, los barrios menos favorecidos.
- Mauricio Macri tuvo una semana fatídica, la del debate por televisión. En esos días, todos los consultores habían percibido una baja en su intención de voto. Pero también los encuestadores detectaron un crecimiento en los últimos días. Algunos de los consultores creen que la pelea Kirchner-Scioli cayó mal en el electorado, algo que se registra en la última encuesta de Heriberto Muraro: 70 por ciento de los consultados opinaron negativamente sobre ese choque. Más allá de quién tuviera o no razón, al ciudadano común no le gustan las peleas internas en los gobiernos y eso pudo haber afectado en algo el voto a Ibarra.
- Algunos consultores creen que evaluaron mal al cinco, seis y hasta nueve por ciento de indecisos de la última semana. Para la mayoría, esos indecisos eran proclives a votar a Ibarra, un diagnóstico que surgió de otras preguntas que se le hacen a los encuestados. Aunque el estudio más profundo está pendiente, una primera hipótesis indica que buena parte de esos indecisos no fue a votar, con lo que el pronóstico de que podrían ir hacia Ibarra resultó desacertado.
- El argumento de que había voto oculto a Macri quedó bastante descartado. Fue una teoría de Roberto Bacman, del CEOP, quien sostuvo que cuando se le preguntaba al encuestado por quién había votado a presidente, muy pocos reconocían haber apoyado a Carlos Menem. Eso puede indicar que existe un voto oculto para Macri, según el consultor. Sin embargo, tanto el CEOP como OPSM acertaron bien el voto a Macri.
La consultora OPSM, de Enrique Zuleta Puceiro, realizó ayer un estudio sobre sus propios pronósticos, publicados el viernes por Página/12. Le otorgaba 38,3 por ciento a Ibarra y 37,1 a Macri. Esto último resultó muy preciso: el presidente de Boca consiguió el 37 por ciento. Zuleta sostiene que la clave estuvo en que su consultora sobrevaloró los apoyos de Ibarra, que consiguió 4,5 puntos menos de los previstos por OPSM. Un fenómeno similar ocurrió con el CEOP, que encabeza Roberto Bacman. El viernes, le otorgó medio punto de ventaja a Macri. Descontando los votos en blanco y los indecisos, el CEOP también registró un 38 por ciento a Macri, muy cerca del resultado real, y 37,4 a Ibarra, cuatro puntos por encima de lo que sacó el actual jefe de Gobierno porteño.
En estos dos casos, se demostraría que no hubo voto oculto a Macri, sino que a última hora se le fueron votos a Ibarra. O bien son ciudadanos que resolvieron no votar o terminaron inclinándose por las terceras fuerzas, que sacaron más de lo previsto. En el caso de Research International Analogías el fenómeno también se repitió, aunque en menor medida. La encuestadora que encabeza Analía Del Franco proyectó 36 puntos para Ibarra y consiguió 2,3 menos, pero al mismo tiempo le otorgó 35,2 a Macri, que obtuvo dos puntos más. La consultora Aresco, de Julio Aurelio, fue la que mejor evaluó la ventaja para Macri de cuatro puntos, aunque registró a ambos candidatos por debajo de lo que sacaron y sobrevaloró a Patricia Bullrich, que sacó 9,8 en lugar de los 13 que pronosticó.

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