ESPECIALES

TESTIMONIO

 Por Félix Schuster *

Esa noche estaba en la Facultad de Filosofía y Letras y la noticia no nos sorprendió. Esperábamos con expectativa la intervención y hasta nos parecía raro que, a un mes de asumir, Onganía todavía no hubiese tocado la universidad. Teníamos conciencia de lo que se venía, por entonces yo militaba activamente en el Frente de Izquierda Popular. Trabajaba como jefe de trabajos prácticos de Filosofía de las Ciencias y, al igual que todos mis compañeros, tuve que renunciar, aunque no estaba de acuerdo con esa decisión. Para mí había que quedarse a defender la facultad.

A medida que pasaban las horas, iba llegando gente de Exactas que nos contaba lo que estaba pasando. Era terrible. Hacían formar fila a los profesores, los hacían salir y los golpeaban uno tras otro. Se notaba que no había una planificación por parte de los militares, no eran demasiado hábiles y tampoco tenían mucha información de lo que pasaba en las facultades. Iban al bulto, sin tener un conocimiento puntual de lo que querían combatir. Se hicieron preconceptos y actuaban en función de éstos. Pero sin duda, la noche de los bastones largos fue un anticipo de lo que pasaría en el ‘76. Para mí fue un golpe terrible, desde esa noche casi no pise la facultad hasta el ‘84. Estuve 18 años sin participar de la actividad docente en Argentina.

* Ex decano de la Facultad de Filosofía y Letras.

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