ESPECIALES

Reflexiones y preguntas

G. Badeni: –Casos como el que acabamos de ver seguramente se deben presentar muchísimos. Pero entiendo que eso no justifica en modo alguno despenalizar el aborto. Recordemos por lo pronto que las sanciones que el Código Penal prevé para el aborto en modo alguno son iguales a las que prevé para otro tipo de delitos como homicidios. Las penas son significativamente inferiores. Pero acá, insisto, en estos casos se enfrentan dos derechos. El derecho a la vida o el derecho a la salud de la madre o el legítimo derecho de la madre de conservar cierta situación social. Y por el otro lado, el derecho a la vida y el derecho a la salud de un niño que ya para la ley es una persona; es un ser. Para la Convención sobre los Derechos del Niño es un ser. Y como no se pueden armonizar ambos derechos, que es lo ideal, tenemos que optar. O matamos a uno o matamos a otro. O privamos de ciertos beneficios a la madre o privamos de todo, no de algunos, de todos los beneficios que puede tener el niño si nace para disfrutar de la libertad, para disfrutar de la dignidad, para disfrutar del progreso. Por otro lado, advierto que lo que ahora se está haciendo mucho hincapié es en la situación social para justificar el aborto, cuando en la década del ’20, cuando se incorpora el artículo 86 a nuestro Código Penal, se hacía hincapié en el racismo. Porque el aborto fue incorporado por motivos raciales. Por eso el Código Penal habla de permitir el aborto cuando se viola a una mujer demente o idiota, dice por un desprecio absoluto por la calidad de la mujer. Porque lo que se presumía es que de ese embarazo iba a nacer otro idiota u otro incapaz, concepción racista que de ningún modo la podemos aceptar ni se acepta felizmente hoy en día. Pero de esas concepciones raciales hemos pasado ahora a concepciones de tipo sociales. Cuando, insisto, esas diferencias sociales que existen deben ser paliadas, deben se superadas mediante la intervención del Estado, elevando la condición de vida de la madre, elevando la condición de vida de las madres como ha sido tradicional en toda nuestra historia jurídica desde 1816 en adelante.

A.K.: El hecho de que las penas sean inferiores, ¿no estaría certificando que no es lo mismo interrumpir un embarazo que matar a un ser humano? Y en su caso, ¿usted estaría de acuerdo en despenalizar el aborto no solamente para aquellos casos que usted mencionó, que tienen un contexto social particular, sino simplemente por planificación familiar, porque la mujer así lo desea, aunque no haya sido violada o tenga un hijo que corra peligro de tener una enfermedad?

M. Bianco: –Ya lo he dicho desde el comienzo y desde el punto de vista médico: nos enseñan en la facultad que un feto que respira es persona humana, si después deja de respirar... es un niño muerto. Si no ha respirado, es un feto muerto. Y como tal no tiene los mismos derechos, por lo tanto hay criterios de vida en formación que hacen que no se castigue lo mismo que un homicidio. Obviamente porque no es lo mismo. Yo no dudo que hay vida, pero no hay persona humana. El otro elemento que me parece muy importante es que le estamos pidiendo a las mujeres un hecho heroico y eso es una injusticia. Le estamos pidiendo a las mujeres que han sido violadas, que han sido vulneradas en su dignidad, que sostengan esa situación a costa de un bien. Y lo que decía Diana y es lo que pasó con Ana María. Se murió el chiquito y se murió Ana María. Se murieron los dos aquí, y quedó una familia en banda, porque esos tres chiquitos han quedado con su papá que es un obrero que trabaja para mantenerlos y con la abuela. Entonces el problema es que penalizando tampoco damos una respuesta; tampoco damos por la vida, lo que supuestamente de vida estamos defendiendo. Aquí lo que tenemos que recapacitar es el derecho de las personas. El derecho de hombres y mujeres, porque aquí los hombres también están involucrados, las familias están involucradas. Como en este caso que se le plantea a la madre y a la familia, la vida de la hija madre de tres niños, o el aborto de eso que es potencialmente una vida, pero que todavía no lo es. Si nosotros queremos proteger a la gente tenemos que pensar cómo la protegemos. Y además, pensemos cómo protegemos a esos niños que quedan, porque eso también está.

En nuestro Código Penal se reconocía este derecho en caso de violación. Los gobiernos autoritarios restituyeron una interpretación positiva y fue con las democracias que tomamos estas diferencias. Es toda una hipocresía y una cosa rara, ¿no?. Para pensar nuestras democracias.

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