–¿Qué pregunta no te hice que te hubiera gustado contestar?

–Creo que la esencia de lo que fue mi carrera, mi vida, hasta llegar a este momento y también enfocado a lo que son cinco o seis historias similares, la del Chapu, la de Luis, la de Fabri, la de Pepe, somos iguales, ninguno nació en una cuna de oro, ninguno fue un predestinado. Por ahí sí Luis y Carlitos, que a los 15 o 16 años se sabía lo que iban a llegar a ser, que la iban a romper, pero fue laburo, fue relegar cosas, fue no ir al viaje de fin de curso porque tenía que jugar... no salir los viernes o los sábados porque yo el domingo a la mañana... a mí lo que me importaba era jugar bien. No salir con 14 o 15 años y tomar o fumar a escondidas como hacían todos. Yo quería jugar al básquet, yo quería hacerlo bien y si hablás con Fabri o Luis te van a decir lo mismo. Pepe, con él jugué juntos desde los 13 años, y yo lo veía y actuaba de la misma manera.

– Nos la pasábamos poco la verdad y él era el base, así que salía perdiendo siempre. Los dos a los 15 años nos metimos en un gimnasio a hacer 6 o 7 horas semanales de pesas porque sabíamos que era importante para el futuro. Y los demás no lo hacían. Y bueno, creo que eso a la larga paga y creo que uno también todo lo que relegó y todos los esfuerzos que hizo... fuimos cosechando. Y que hayamos sido tantos los que lo hicimos... y nos hayamos juntado en este grupo es importante y lo que valoramos es estar en la NBA. Nosotros no estamos en la NBA porque sí, porque nos tocó. Nosotros nos rompimos el lomo para llegar, vivimos historias muy similares y esas son cosas que también nos unen y nos solidarizan en relación a otras selecciones o los mismos jugadores americanos.

–Pero tendría que seguir dándose, en otros casos... por qué no hay una generación de 20 a 24 años, por qué no hubo antes... Si también hay culturas similares. Por qué no se han dado equipos, en básquet seguro que no, en fútbol no conozco tanto, donde lo individual haya sido tan poco importante comparado con lo grupal. Eso es lo que no he visto y no noto.

–Lo de Chapu ya te lo conté. El día que “Oveja”, Sergio Hernández, empieza la concentración del 2006, yo venía de ser campeón de la NBA, Luifa de Europa, Chapu de Chicago Bulls de hacer un campeonato impresionante y “Oveja” empezaba a hacer las primeras jugadas, dos pelotas para mí, un Pepe con Fabri, un poste bajo para Fabri... Iba de a poquito. Y en un momento, cuando explica la quinta jugada, que tampoco era para Chapu, le dice a Chapu “la tuya la vamos a hacer más adelante” y Chapu le dice: “No hagas nada para mí, no hagas ninguna jugada, yo voy a encontrar mi lugar, mi estilo, vos tranquilo... vos hacé lo que tengas que hacer...”. Yo sé lo que piensan todos, los conozco, pero que lo dijera así, en voz alta, delante de todos, a mí me impactó y me hizo caer más en el privilegio grande que tengo de ser parte de ese equipo tanto en la victoria en el 2004 cuando estábamos todos exultantes como en la derrota después de España. No había otro lugar en el que hubiera querido estar que no fuera en ese equipo perdiendo ese partido. Creo que eso habla de lo que sentimos el uno por el otro.