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En 1973, Rodolfo Mederos, junto a los bandoneonistas, Juan José Mosalini (más adelante director de la Orquesta de Tango de París) y Daniel Binelli, más guitarra y bajo eléctricos, batería, saxo y flauta, creó Generación 0. El primer disco, Fuera de broma, incluía un encendido elogio de Astor Piazzolla. El marplatense, que lo seguiría con su posterior octeto en el intento de integrar timbres y maneras de tocar provenientes del jazz-rock, había manifestado su admiración por Mederos, que todavía tocaba con Pugliese. En 1970 lo había invitado a integrar el cuarteto de bandoneones que grabó para el disco Concierto para quinteto. Y además, cuando a Mederos, en Buenos Aires, le robaron su instrumento, Piazzolla le dio uno para que “lo pagara cuando pudiera” y que terminó regalándoselo. Más adelante, cuando Piazzolla renegó de su etapa eléctrica, comenzó también a manifestar en reportajes que lo que hacía Mederos “no le resultaba interesante”. Y Mederos, que había comenzado admirándolo incondicionalmente, empezó a sentir que su influencia “era virósica”.