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La investigación en comunicación

Washington Uranga presenta algunas afirmaciones y testimonios recogidos en el Congreso Latinoamericano de Investigadores de la Comunicación recientemente realizado en Montevideo.

 Por Washington Uranga

Entre el 9 y el 11 de mayo pasado, Montevideo fue sede del XI Congreso Latinoamericano de Investigadores de la Comunicación, que sesionó bajo el lema “La investigación en comunicación en América latina: interdisciplina, pensamiento crítico y compromiso social”. El encuentro, del que participaron aproximadamente 1200 comunicadores de todo el continente, fue organizado por la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (Alaic) y la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de la República. Por el número de asistentes y la cantidad de trabajos presentados (más de 700), el evento se convirtió en el más concurrido de cuantos acontecimientos de este tipo se celebraron hasta el presente en la historia latinoamericana.

Las jornadas se dividieron entre las conferencias magistrales a cargo de reconocidas personalidades del ámbito de la investigación en comunicación, como Juan Díaz Bordenave (Paraguay), Valerio Brittos (Brasil), Divina Frau-Meigs (Francia), Francisco Sierra (España), Eliseo Colón (Puerto Rico), Carlos Arroyo (Bolivia), Rossana Reguillo (México) y Hugo Achugar (Uruguay), entre otros, y un total de dieciséis grupos temáticos, tres grupos de interés y varios talleres.

Hablando en el Paraninfo de la Universidad de la República en Montevideo, Juan Díaz Bordenave aseguró que “el capitalismo se está desmoronando y la humanidad está buscando un modelo que lo sustituya”, pero advirtió que “al capitalismo nunca le faltó ingenio y astucia y utiliza la comunicación y los comunicadores como instrumento para continuar en pie”. Por eso, dijo el intelectual paraguayo, “para un nuevo mundo posible, tenemos que crear otra comunicación posible” y “volver a lo más simple del ser humano, donde éste vuelva a conectarse consigo mismo, con la naturaleza, con lo sagrado y con el propio hombre, a través de la solidaridad y la generosidad”. Y aseguró que “los comunicadores tenemos una enorme responsabilidad, porque la comunicación es un arma de doble filo y si no la utilizamos bien, ayudamos a la destrucción del mundo”.

Refiriéndose a la situación de la juventud en la región, la mexicana Rossana Reguillo dijo que “es urgente que los gobiernos de la región entiendan que deben invertir millonariamente en educación y trabajo, porque más del 5 por ciento de la población latinoamericana no estudia ni trabaja y este asunto se les va a salir de las manos”. Agregó que hay que entender a los jóvenes como “sujetos políticos con capacidad de enunciación y de pronunciarse sobre sus propias problemáticas” y, a partir de ello, “generar espacios para que los jóvenes puedan gestionar por sí mismos sus necesidades diferentes”. Propuso “elaborar un macroproyecto a nivel de la región para potenciar todo lo que ya está ahí, que es muchísimo, como el trabajo autogestivo de los jóvenes en arte, en política, en expresión, en graffiti, en diversidad sexual, etcétera, porque existe un conjunto de experiencias dispersas a las que es urgente apoyar y catapultar”.

César Bolaño (Brasil), reelecto presidente de Alaic, especialista en economía política de la comunicación, aseguró que “la comunicación es parte de la economía y la economía es una estructura de poder”. Dijo también que el problema que enfrentamos es que “el capitalismo acaba por dominar todas las formas de producción humana y de relación social; la contradicción del sistema no es solo la contradicción capital-trabajo. Junto con ella está la contradicción economía-cultura. Hay una base de la economía sobre la cultura y nosotros tenemos que construir formas de ‘buena vida’, de relación social y de solidaridad que no pasen por relaciones de mercado”.

Francisco Sierra (España) sostuvo que “no se genera desarrollo simplemente transfiriendo tecnología”. Para el investigador europeo, “las tecnologías se producen en el Norte y se consumen en el Sur y esto habla de concentración de poder y conocimiento y de dominación cultural”. Porque, agregó, “las tecnologías no son neutrales, son portadoras de cultura y por ese motivo necesitamos crear nuestras propias herramientas”, dando como ejemplo el Plan Ceibal, por el cual se entregan computadoras portátiles a los jóvenes en Uruguay. “La cuestión no es tecnología sí o tecnología no”, continuó diciendo Sierra, “no es apocalípticos o integrados, el debate debería ser cómo apropiarnos de ella y qué desarrollos podemos implementar. Esto pasa por políticas públicas activas de apropiación comunitaria, de construcción colectiva del conocimiento, de defensa del software libre y de normas comunes de patrimonio”, propuso.

En el marco del congreso de Alaic, la Universidad de la República le confirió el doctorado honoris causa al investigador hispano colombiano Jesús Martín-Barbero que, sin embargo, no pudo estar presente en Montevideo por razones de salud. El próximo congreso de investigadores latinoamericanos de la comunicación se celebrará en Lima (Perú) en el 2014.

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