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Ciencia y desarrollo

Geraldine Mendilaharzu y Karina Ortiz sostienen que la comunicación en ciencia y salud debe ser un derecho ciudadano y afirman que hoy, cuando la ciudadanía reclama la apertura de canales de participación en todos los ámbitos, la comunicación en esos ámbitos no puede ser la excepción

 Por Geraldine Mendilaharzu y Karina Ortiz *

Una sociedad que está informada y reconoce la importancia de la ciencia y su comunicación para el desarrollo es más propensa a participar en la formulación de políticas para temas que la afecten.

En América latina, el periodismo científico no tiene gran relevancia y la región todavía presenta carencias en la manera en la que la información es difundida.

Bajo esta lógica, desafortunadamente muchas veces la sociedad permanece al margen de, por ejemplo, cuestiones vinculadas a la producción de medicamentos y su cadena de valor, debido a que no existen suficientes mecanismos que informen apropiadamente sobre estos temas y cómo pueden afectar sus vidas. Sólo por mencionar algunas limitaciones: son pocos los periódicos que dedican secciones específicas a notas sobre comunicación vinculada con la ciencia y la salud y, cuando lo hacen, tienden a publicar notas de carácter general y no contribuciones específicas con conceptos aptos y comprensibles para la población no especializada.

A pesar de esta asimetría, es importante destacar que conscientes de la importancia de la comunicación en este ámbito en particular, muchos países de la región han incrementando los recursos humanos y financieros para incluir el tema de la comunicación, en tanto herramienta clave para la apropiación de la ciencia, como parte de sus agendas.

Sin embargo, casi siempre surgen las mismas preguntas ¿por qué comunicar para el público general?, ¿qué beneficios le trae a un lector o espectador informarse sobre ciencia o salud? Estas preguntas son consecuencia de considerar, erróneamente, a este público como ignorante y desinteresado, dándose por obvia una brecha existente entre expertos y audiencias, que pareciera insalvable. Y aunque las audiencias han evolucionado, y mucho, aún hoy el desnivel sigue presente, ése es un preconcepto que persiste a pesar de las evidencias de lo contrario, ya que el público dejó de ser pasivo frente a temas que lo pueden afectar tan directamente como aquellos vinculados con la salud y la calidad de vida.

La clave, más allá de cautivar la atención del público, radica precisamente en que la comunicación en ciencia y salud debe ser un derecho ciudadano que implica, en tanto comunicadores, ser los ojos, las manos, los oídos de cada lector o televidente, para anticiparnos a sus inquietudes, intereses, dudas y cuestionamientos, de manera que al leer o ver la noticia, tenga la sensación de estar enterándose de primera fuente, sobre un tema que le interesa.

Y en este contexto, hoy no podemos pasar por alto que la ciudadanía reclama la apertura de canales de participación en todos los ámbitos y la comunicación en ciencia y salud no es la excepción. Este cambio en la percepción social está asociado a las transformaciones de las estructuras institucionales, su grado de exposición y alcance público y la forma en que el conocimiento y sus aplicaciones han permeado las estructuras sociales, entre otros diversos factores. En este sentido, es menester enfrentar el desafío de generar cauces para que esta participación pueda concretarse en acciones que incluyan plenamente a la ciudadanía. Ello implica pensar mecanismos de consulta e inclusión para un paulatino proceso de apertura que permita entender la importancia de la comunicación como herramienta clave del desarrollo de la ciencia y la salud. Se trata de tomar un camino diferente al de una comunicación científica que difunde comunicaciones por parte de científicos, como si éstos fueran sujetos aparentemente dotados de una objetividad ajena a los conflictos humanos, y propiciar un diálogo social destinado a promover una sinergia orientada a potenciar la participación de la ciudadanía en estos temas.

En este marco, desde diferentes ámbitos ya se trabaja día a día para generar un cambio de paradigma en la comunicación vinculada a temas tan sensibles y particulares como lo son el desarrollo y avance de la ciencia y la salud. El proceso es y será lento, pero vamos avanzando que no es poco.

* Especialistas en Gestión de la Comunicación (Universidad Nacional de Lomas de Zamora).

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