LA VENTANA › LAS IMáGENES COMO DISCURSO ESTIGMATIZANTE

Las imágenes como discurso estigmatizante

Vista como discurso, asegura Iván Pablo Orbuch, la imagen de la publicidad oficial sobre prestaciones sociales pone de manifiesto una postura estigmatizante y violenta hacia los sectores populares.

 Por Iván Pablo Orbuch *

En el año 2001 el célebre historiador británico Peter Burke escribió un libro de referencia ineludible para todos los amantes de las Ciencias Sociales: Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. En el mismo se llegan a interesantes conclusiones respecto al rol que juegan las imágenes como fuentes históricas y que pueden servir para describir una época determinada. Las fotografías o las publicidades son insumos que, pese a haber sido menospreciadas por un prolongado lapso de tiempo, no hay que dejar de lado si se quiere auscultar de un modo más preciso una sociedad.

Por caso, la famoso foto del beso entre el marino norteamericano y la enfermera, quienes festejaban en las inmediaciones de la plaza cercana a la redacción de The New York Times la rendición de Japón y con ello, el fin de la conflagración mundial que tuvo en vilo entre 1939 y 1945 al mundo entero, fungió como la prueba palpable del rol central que tuvo Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Por cierto, que esa mirada fue funcional a su liderazgo mundial, en los inicios de la llamada Guerra Fría. Y eso demuestra el carácter polisémico de una foto o de una imagen: pueden servir tanto por lo que dicen, expresan o por los personajes que aparecen allí, como por lo contrario, dado que son subjetivas, y en una foto el fotógrafo decide quién aparece allí.

Si un observador desprevenido quisiera analizar la sociedad argentina del año 2016 a través de un afiche institucional, que en este caso, sirve para comunicar acerca de las fechas de los pagos de ANSES en lo concerniente al calendario de aquí a fin de año para las asignaciones familiares (que perciben los trabajadores registrados), y para la Asignación Universal Por Hijo, la Asignación por Embarazo y el Plan Progresar (todas medidas implementadas por el kirchnerismo destinadas a trabajadores no registrados, desempleados, madres solteras y jóvenes en el caso de la última de las medidas mencionadas), tendría una imagen estereotipada que hoy goza de buena salud, y, lo más alarmante, es reproducida por las usinas oficiales. La publicidad puede apreciarse con una imagen partida que separa a ambos beneficiarios de la ayuda estatal.

En un caso, una familia integrada por una madre joven, rubia, de rasgos europeos y de tez blanca, en compañía de un joven, bien vestido y a la moda, alto y que parece proteger con la mirada a su esposa e hija pequeña, que completa el cuadro de la familia feliz y del modelo ideal a seguir. La niña es rubia y parece mirar con despreocupación el futuro dado que tiene el amparo familiar, y, la aceptación de la sociedad. Por otra parte, el hecho de cobrar asignaciones familiares da la pauta que los salarios son más elevados que los de la contraparte del otro cartel, lo que otorga una tranquilidad extra y un motivo más de reconocimiento social. La otra parte del afiche está compuesta por una mujer de rasgos trigueños y aparecen sus dos hijos, de una tonalidad similar en cuanto a su tez. El mensaje es claro, la Argentina que desciende de los barcos se manifiesta con toda su intensidad en la parte que representa a la familia que percibe las Asignaciones Familiares, mientras que la Argentina que se ha tratado de invisibilizar a lo largo de la historia hace su aparición de un modo palpable: la de la necesidad de un Estado tutelar que debe salir al amparo de los más desfavorecidos, que serían los migrantes internos del país profundo, los que no han podido triunfar en la vida dado que necesitan asistencia. La mujer no está en pareja, y si lo está el hombre no aparece en el cartel lo que daría a pensar respecto a la sexualidad de los sectores populares, siempre por fuera de lo esperado y respetable en una sociedad desarrollada, tal cual se suele mencionar en momentos álgidos de la historia. La mujer es madre soltera de dos niños, uno de ellos con mirada triste y sin parecer esperar que nada cambie a futuro.

La imagen parece estar diciéndonos que algunos son portadores de derechos, dado que son los responsables de llevar adelante el progreso del país, mientras que otros son deudores de la ayuda estatal.

En síntesis, son miradas, como siempre han existido, el riesgo es que en este caso representan la postura oficial, que como viene demostrando desde el 10 de diciembre de 2016 es estigmatizante y violenta hacia los sectores populares, quienes son retratados de la peor manera posible. La publicidad analizada es un cabal ejemplo de lo mencionado.

* Magister en Ciencias Sociales (UBA-Undav).

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