SOCIEDAD › OPINION

Alojamiento especial

Por Graciela Dubrez *

Que las cárceles no socializan ya nadie lo niega. Es más, tal como están las cosas, no sorprende que quienes deben garantizar la seguridad de los internos y la de la población en general terminan utilizándolos para delitos de la más variada gama, como todos nos enteramos. Presa del impacto emocional por las revelaciones de delitos tan aberrantes como lo es el de violación, queda poco margen para la reflexión. Sin embargo, debemos intentarlo y muy seriamente. Enviar a la cárcel a un violador es estéril, no porque algunos de ellos no puedan socializarse, sino porque como queda dicho lo que se condena afuera, allí se habilita y hasta se alienta. Debe modificarse el Código Penal y sancionar al delito de violación con una pena mínima de seis años a tiempo indeterminado de reclusión para su tratamiento psicológico en un establecimiento especial para ese tipo de conductas. Los violadores no deben mezclarse con los demás internos. Razón por la cual deberá habilitarse un establecimiento especial para su alojamiento y quedará a cargo del equipo de salud cuándo y en qué condiciones obtiene su libertad.

* Observatorio Internacional de Prisiones de Argentina

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