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Por P. L.

La Organización Mundial de la Salud designa los siguientes “grupos prioritarios para la vacunación contra la influenza”: residentes en instituciones para ancianos o incapacitados; personas mayores de seis meses con afecciones crónicas pulmonares o cardiovasculares, enfermedades metabólicas o renales o deficiencias inmunitarias (como el VIH); personas cuya edad supere al límite fijado por cada país (en la Argentina: 65 años); trabajadores de la salud en contacto con personas en alto riesgo; familiares de personas en alto riesgo.
Según la OMS, “idealmente, toda persona debería tener la posibilidad de recibir la vacuna contra la gripe. Sin embargo, la limitación de los presupuestos de salud y de los stocks de vacunas puede llevar a las autoridades a restringir la vacunación a ciertos grupos vulnerables”.
El organismo internacional destaca que “la gripe golpea en todas las edades, pero la tasa de ifnección más alta se da entre los niños de cinco a nueve años. Sin embargo, son los mayores de 65 años quienes corren el riesgo más alto de enfermedad grave y mortalidad. En Estados Unidos, la mortalidad entre los mayores de 65 va de 30 a 150 por 100.000 habitantes y se estima que el 90 por ciento de estos fallecimientos son por neumonía”.