SOCIEDAD

Las luces y las sombras

 Por P. L.

“Esto es ridículo: la vacuna BCG que se elabora en el Instituto Biológico de La Plata es de referencia para toda América latina pero no está autorizada en casi todas las provincias argentinas y hay que importarla”, contó Martín Isturiz, del Grupo de Gestión de Políticas de Estado en Ciencia y Técnica. “Ser la referencia latinoamericana implica tener 20 años seguidos de control de calidad, pero, como el Instituto Biológico no cumple todavía el régimen de la Anmat, su vacuna sólo puede suministrarse en la provincia de Buenos Aires, gracias a una legislación especial. Para el resto del país se importan cuatro millones de dosis anuales.”
“Lo mismo sucede con la vacuna doble, que previene la difteria y el tétanos –continuó Isturiz–. Son productos que hace 30 años se producían en el Malbrán, pero padecieron las políticas de total descuido de las instituciones estatales.”
“También hay que impulsar la producción de la vacuna triple, porque las vacunas importadas no cubren la totalidad de las cepas prevalentes en la región. La tos convulsa está surgiendo como enfermedad emergente en lugares como Neuquén o la provincia de Buenos Aires, y hay una recomendación de la OMS en el sentido de utilizar cepas regionales”, finalizó Isturiz.

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