SOCIEDAD › LA IGLESIA DENUNCIó UN CASO DE PRESUNTO ABUSO

Más dudas sobre Felices los Niños

Ayer, antes del comienzo de una nueva audiencia del juicio oral en su contra, el cura Julio César Grassi trató de minimizar el caso, que acaba de hacerse público, de un niño de 8 años que habría intentado suicidarse por haber sido abusado en un hogar que depende de la Fundación Felices los Niños. “Se puso un cable al cuello para llamar la atención de una docente, pidiéndole que lo adopte”, aseguró Grassi cuando fue consultado sobre un hecho gravísimo –según lo que se supo–, que ocurrió en el Hogar San José, en Charlone al 700, del barrio porteño de Chacarita. La denuncia del caso fue presentada ante la Justicia por el obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario de la zona de Belgrano, monseñor Horacio Ernesto Benites Astoul.

Aunque el caso tampoco figura en el actual juicio oral –se ignora el nombre del autor del presunto abuso sexual–, el abogado querellante Juan Pablo Gallego consideró que “estos nuevos hechos de abuso sexual que habrían ocurrido en una filial de la Fundación Felices los Niños están mostrando el perfil de una institución que debería proteger a los niños y que hace todo lo contrario”. Gallego resaltó el dato de que la denuncia “haya sido presentada por uno de los obispos auxiliares de la Arquidiócesis de Buenos Aires”.

El chico de 8 años que habría intentado suicidarse se había subido al banco de un aula del Instituto Santa Teresa de los Andes, en el Hogar San José. El niño se había atado al cuello un cable que estaba a su vez amarrado a una viga del techo. “Quiero irme al cielo y terminar con todo esto”, serían las palabras que habría dicho el pequeño ante sus compañeros de clase. El supuesto intento de suicidio fue impedido por dos directivos de la institución educativa, que depende del Episcopado, lo que motivó la intervención directa del obispo auxiliar Benites Astoul.

El caso, que recién se conoció este fin de semana, fue denunciado el 26 de septiembre ante la Defensoría de Menores número 4, a cargo de Marcelo Jalil. Más allá de si hubo o no un intento de suicidio, la psicopedagoga Constanza Biondi, que trabaja en el Instituto Santa Teresa de los Andes, hizo un informe donde expresa su preocupación “por la situación de los niños” que allí concurren, “muy especialmente aquellos que están institucionalizados en el Hogar”, porque en cada visita ha ido comprobando “el estado de descuido” que presentan esos chicos.

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La sede principal de la fundación que dirige el cura Julio Grassi.
Imagen: Gustavo Mujica
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