En el año 2008 usted apoyó abiertamente la candidatura del presidente Obama, a tres años de esa elección histórica y en vistas de la crisis económica que atraviesa su país, ¿cómo se siente con la administración política de los Estados Unidos?

–No se puede negar que Estados Unidos está atravesando una crisis económica muy fuerte, pero esta crisis no es patrimonio exclusivo nuestro, está sucediendo en todas partes, si no hay que ver Europa... Además, esta administración heredó muchos problemas... Lo que pasó en el 2008 fue un hecho histórico. Para un afroamericano como yo, el triunfo de Obama marcó un antes y un después, el cambio de un paradigma y el quiebre de muchos estereotipos. Me gustaría decir algo sobre el empoderamiento porque en mi opinión eso es lo que sucedió con el triunfo de Obama: una gran masa de gente que históricamente estuvo silenciada, pudo elegir qué tipo de futuro quería. Se vivió un clima inédito en donde el poder volvió a la mayoría y se compartió. Barack vino a sacudir el esqueleto de la sociedad norteamericana.

–Creo que sí... Aunque no diría que pasamos los fines de semana juntos (se ríe). Apoyé su campaña electoral y apoyo su gestión. A ese nivel, supongo que somos cercanos.